El artista Jacolby Satterwhite bailando durante su actuación con una de las proyecciones a sus espaldas. | Pere Bota

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Aproximadamente cincuenta personas se reunieron ayer en el patio central del museo Es Baluard de Palma para ver Oriffice II , la provocadora actuación del artista americano Jacolby Satterwhite.

Iluminado únicamente por la luz que generaban los tres vídeos que se proyectaban en las paredes del museo y por los flashes de las cámaras, Satterwhite ejecutó la performance al ritmo de música comercial actual. Desde el principio de la actuación, el artista quiso que todos los asistentes se involucraran y les animó a hacerlo ataviándolos con su peculiar sombrero. Los más atrevidos subieron al escenario rectangular con él y le acompañaron en su danza de movimientos sensuales.

Tanto su traje, que tenía varias pantallas incorporadas y estaba diseñado por él mismo, como las proyecciones y la puesta en escena, dejaron sorprendido al público desde el comienzo. Con esta unión de disciplinas, Satterwhite pretendía abordar los temas de género y relaciones familiares.