El obispo, Javier Salinas, presidió la ceremonia, a la que asistieron familiares y amigos. | Jaume Morey

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Las voces de la Capella Mallorquina sonaron ayer en el funeral del que fuera su fundador, el músico, compositor, pedagogo y académico Bernat Julià, fallecido la noche del pasado jueves. Fue en el transcurso de la misa concelebrada y presidida por el obispo de Mallorca, Javier Salinas, en la Seu.

La misa, a la que acudieron familiares, amigos y autoridades, se sucedió de manera tradicional, pero con la participación especial de la Capella Mallorquina en algunos cánticos. La formación, además, interpretó la coral Vine, dolça mort, de Bach, y la Lacrimosa y el Ave verum, ambas de Mozart. «Eran piezas que Julià apreciaba mucho», aseguró el actual director de la Capella, José María Moreno.

Al inicio de la ceremonia se recordó la trayectoria musical y canónica de Bernat Julià, quien pertenecía al Cabildo de la Catedral y «visitó por última vez la Seu en el homenaje que la Capella y el Cabildo le rindieron hace poco más de un año, cuando Julià cumplió 90», rememoró un eclesiástico.

Acompañó la misa al órgano Bartomeu Manresa, quien ya rindió homenaje a Julià el sábado en un concierto en Campanet, donde toco cuatro composiciones suyas. El domingo, en la misa solemne de la Catedral, el organista titular de la Seu, Bartomeu Veny, también recordó la memoria del músico fallecido al tocar piezas de su creación durante la ceremonia.