Caterina Alorda. Desde hace tres años es propietaria del hotel La Vila, Llubí. La actriz ha vivido siempre de actuar y se siente «privilegiada» de mantener las dos actividades profesionales en paralelo. g Foto: IRENE HUMET

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El 1 de septiembre de 2012 entró en vigor la subida del IVA del 8 al 21 por ciento. Una medida aprobada por el Gobierno que ha suscitado críticas en todos los sectores, en especial en el de la cultura. Actores, músicos, cineastas y artistas reivindican la necesidad de recular. De rectificar y reducir un impuesto que, en palabras de la actriz Caterina Alorda, ha sido «sangriento» para el gremio, «que tampoco partía de una situación espléndida, sino de una tendencia precaria».

Hace tres años que Alorda es propietaria del hotel La Vila, en Llubí. «Ha sido un cúmulo de coincidencias, no monté el hotel porque me iba mal en lo otro y me siento privilegiada por tener un negocio propio que funciona y que me da una estabilidad económica que el sector ha perdido totalmente». El actor Albert Comas encontró en la hostelería su refugio particular. Después de trabajar en varias series como Llàgrima de sang, Un golpe de suerte y L’anell, Comas regresó a Madrid y encontró un panorama «desolador». «Sabes que has tocado el cielo durante un tiempo, pero esta profesión es una montaña rusa, así como subes, bajas», relata.

Autogestión

El caso de Santi Celaya es similar, ya que combina su trabajo como actor con su bar, el Stromboli. La subida del IVA ha implicado que «por los pueblos, los teatros estén pendientes de programación. Además, tú te lo gestionas, tienes que buscar al taquillero, al técnico de luces y de sonido. Funciona así. Todo ha degenerado en el último año».

La travesía de la industria musical desde la subida al 21 por ciento ha supuesto «una puntilla más en un sector que está pidiendo pasar a tener el IVA cultural del 4 por ciento», comenta Miguel Ángel Sancho, propietario del sello Blau, quien considera que «el encarecimiento deriva y provoca, aún más, la descarga de música pirata, algo que, sin duda, ha hundido a la industria».

El cantante Jalo tuvo suerte con su primer álbum al visitar la Península varias veces, pero ha notado el incremento del IVA «a la hora de hacer conciertos porque cuando tienes que declarar, no se declara lo mismo». Compagina la música con una empresa de venta al por mayor que «hoy por hoy es lo que me da más dinero».

El cine también sufre. El exhibidor Juan Salas confiesa que «la soga cada vez aprieta más». Están aguantando la subida «haciendo virguerías, pero no han hecho «ningún ERE ni reconversiones». La cuenta de resultados ha sido «muy negativa, ha coincidido la crisis con la subida del IVA y la inversión en proyectores».

Paco Espinosa, presidente de Associació d’Artistes Visuals de les Illes Balears (AAAVIB) reconoce que compiten «con un IVA muy reducido en otros países. Es lógico que el comprador acceda a un mercado extranjero».