Unos visitantes pasean ante la fachada principal de la finca Sa Bassa Blanca. | Guillermo Esteban

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Adentrada en la naturaleza, la finca de Sa Bassa Blanca, ubicada en Alcúdia, fue en sus orígenes una casa de campo mallorquina. En la década de los 70 sirvió de base militar y, en 1978, Yannick Vu y Ben Jakober la adquirieron. La pareja encargó su construcción al arquitecto egipcio Hassan Fathy (1900-1989). La Fundación Yannick y Ben Jakober, constituida en 1993, llevaba tiempo luchando por conseguir que el Museo Sa Bassa Blanca sea considerado Bien Catalogado por parte del Consell de Mallorca, que, finalmente lo ha aprobado.

Muros blancos almenados ocultan un patio granadino. Escondido, el aljibe lo transformaron en una sala de exposiciones que, en la actualidad, alberga la muestra Nins, una colección de infantes de la realeza que ha sido declarada Bien Catalogado.

La finca, estructurada en dos plantas, aguarda en la superior una serie de pinturas, dibujos y esculturas del artista Domenico Gnoli que se complementa con la instalación Dreaming stones, de Rebecca Horn, además de cuadros de Vu Cao Dam o varias sillas de distintos artistas como Tom Dixon, Miralda, Damien Hirst o Ron Arad. El recorrido culmina con el artesonado mudéjar fechado en 1498, declarado Bien de Interés Cultural en 2006.

En las afueras de la finca los visitantes podrán observar un jardín con más de 100 tipos distintos de rosas británicas y un parque zoológico de esculturas de animales tallados en mármol como caballos, elefantes, carneros o perros.