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Los representantes del comité de empresa de la Simfònica desvelaron ayer que la última propuesta puesta sobre la mesa por el gerente de la formación, Marcelino Minaya, afecta «exclusivamente a los salarios». Así ha quedado reflejado en un acta firmada por ambas partes con fecha de 7 de agosto de 2013.
Con la aportación de este documento, los músicos argumentan que «es la versión opuesta de lo que el gerente ha manifestado en los medios de comunicación». Minaya comentó ayer a este diario que la oferta actual es «desglosar los conceptos del capítulo 1, para estudiar cuáles podemos ajustar económicamente, a excepción de los salarios».
El comité de empresa asegura que la negociación está marcada por contradicciones y propuestas «poco formales». Ayer estaba previsto que se presentará por escrito, ante el Tribunal d'Arbitratge i Mediació de les Illes Balears, un plan de viabilidad detallado y avalado por las instituciones. «No se ha presentado nada», lamentaron los músicos.
Las reuniones entre ambas partes, músicos y representantes del Consorci, se están celebrando a diario, pero el acuerdo no parece estar aún cerca. Los músicos temen que «llegará septiembre y no habrá nada».
Preguntado al respecto, el gerente de la Simfònica reconoció lo que ha quedado recogido en acta pero matizó que su propósito, y así lo hará llegar de nuevo a los músicos, es «desglosar el capítulo 1 del consorcio, de forma que cada uno de los conceptos sean negociables para llegar a un acuerdo y resolver el problema siempre de acuerdo a las circunstancias y limitaciones que tenemos. Ellos dicen que no toquemos los salarios. La idea sería empezar por el resto de conceptos [dietas, derechos de grabación, sul palcos, ...] y estudiarlos. Si revisando dos el problema se soluciona, mejor que mejor. Ojalá no tuviéramos que ajustar nada y mejor si no tenemos que tocar las nóminas...», apuntó.
Ambas partes volverán a reunirse hoy. Marcelino Minaya adelantó a este diario que pondrá sobre la mesa más datos porque, según el comité de empresa, «todo está muy en el aire y no se habla claro de dinero».