El escritor Marcos Giralt. | MICER

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Marcos Giralt Torrente (Madrid, 1968), ganador del Premio Nacional de Narrativa en el año 2011, discursó con Malcolm Otero sobre cómo la vida privada puede convertirse en una guerra, en el Club Pollença, con motivo del festival de la localidad. El moderador Ignacio Martínez de Pisón le preguntó acerca de Tiempo de vida, un relato autobiográfico sobre la relación con su padre después de su muerte, su única obra de no ficción.

—¿Qué le atrae de la ficción?
—La ficción es una herramienta para explorar en la realidad, aunque inventes mundos imaginarios al fin y al cabo estás hablando sobre la realidad.

—¿Es más fácil llegar a la realidad a través de la ficción?
—No. No hay gran diferencia entre escribir no ficción y ficción por parte de un narrador. Cuando un escritor se enfrenta a un relato de no ficción lo hace según bases literarias. La ficción te permite inventar y la no ficción te exige atenerte a la realidad.

—¿Quién estipula esas bases literarias?
—Tendemos a pensar que literatura es cualquier libro y no es así. La literatura de verdad no es maniquea, no te da una respuesta taxativa.

—¿Es más complicado ejercer de crítico literario siendo escritor?
—No me considero crítico. Soy un novelista que ha hecho crítica literaria. Los escritores que hacemos crítica tendemos a ser más benignos con las obras que juzgamos porque sabemos lo difícil que es escribir una novela buena y mala.

—¿Se puede ser imparcial?
—La imparcialidad pura no existe en ningún aspecto de la vida.

—¿Cómo se encuentra la salud de la literatura?
—Estamos en un periodo realmente crítico, pero yo creo que la literatura sobrevivirá porque el hombre ha necesitado siempre de que le cuenten historias. Entretanto, a los escritores nos están poniendo muy difícil poder vivir de nuestro oficio.