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La séptima edición de Incart volvió a transformar ayer a la capital del Raiguer en uno de los certámenes de arte más relevantes, y es que, a partir de las ocho de la noche, más de 50 artistas mostraron sus creaciones en 17 espacios expositivos repartidos por el centro del municipio.

Fue una noche dedicada al arte en todos sus aspectos: pintura, escultura, música, teatro, cerámica, instalaciones e incluso demostraciones de arte culinario en los bares y cellers de la ciudad, que ofrecieron sus deliciosos menús a los visitantes. A reconocidos artistas locales se unieron interesantes creadores procedentes de toda la Isla, que exhibieron sus obras, bien en exposiciones colectivas, o de manera individual en diferentes espacios. En la edición de este año, a los habituales enclaves (el claustro del Convent de Sant Domingo, Sa Quartera, Cas Metge Cifre, es Convent o las galerías), se unieron a la velada artística reconocidas cafeterías y restaurantes de Inca.

Uno de los atractivos de la séptima edición fueron las diferentes intervenciones en escaparates de tiendas vacías o cerradas, del centro de Inca, fragmentos de microteatro o música en directo.

La cara más solidaria de la noche corrió a cargo del Club Rotary, que vendió piezas de cerámica a razón de 100 euros cada una para repercutir en beneficio del Menjador Social y para la asociación de discapacitados Joan XXIII.