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La Direcció General de Cultura desaparece. Sucede en medio de la remodelación de un gobierno que suscribe así, borrándola del mapa, que «la cultura no le interesa». Lo dice y repite el sector, el que desde hace dos años critica la escasa actividad promovida por la Administración, la falta de iniciativas de la dirección de Bel Cerdà, quien sí se ha volcado en el nuevo rumbo de la Simfònica por orden del exconseller Rafael Bosch, sustituido ahora por Joana Maria Camps. Tras la salida del Institut Ramon Llull (IRL) parecía incluso, según opinan algunas fuentes, que el Institut d'Estudis Baleàrics (IEB) le cogía el testigo para mover al tejido cultural. De hecho, en el Parlament se pedían aclaraciones sobre quién tenía las competencias del ramo.

No precisó ayer José Ramón Bauzá más, pero Cultura se gestionará desde una Secretaria Autonòmica. El sector cree que es un «error».

Tampoco se pronunció sobre este asunto la que hasta ayer ha ejercido de directora general de Cultural, Bel Cerdà, quien aseguró que «no puedo hacer ningún tipo de declaración al respecto».

Los cambios en Cultura fueron una sorpresa para el director del IEB, Antoni Vera. «No sabía nada de lo que iba a pasar y no puedo pronunciarme porque no dispongo de información», aseguraba ayer.

Legalidad

Para Damià Pons, exconseller de Cultura entre los años 1999 y 2003, la desaparición de la Direcció General del ramo es «un elemento de ilegalidad. Va en contra de la legislación en materia cultural establecida en Balears. Existe un mapa competencial en el que la dirección general le competen unas retribuciones específicas, entonces, ¿quién las asumirá ahora?». Sobre la posibilidad de que éstas se traspasen al IEB, Pons se muestra contundente: «Es la única institución que sale beneficiada de todo esto. El IEB lo absorbe todo ahora, un hecho que contradice la legalidad establecida y pone en evidencia que nuestro gobierno actual, no sólo pretende exterminar la lengua y la cultura propias, sino que también quiere que desaparezca la productividad y la creatividad cultural, no dotándola con los instrumentos administrativos para hacer rodar todo este tejido, ahora paralizado».

«Esto demuestra claramente que los actuales gobernantes no tienen ningún interés por nuestra cultura, ni para promover ni para difundir el trabajo de nuestros creadores ni en las Islas ni en el exterior». Así se expresó Pere Joan Martorell, quien ocupó el cargo de director general de Cultura en la pasada legislatura. El también poeta considera que «ahora mismo volvemos al caos absoluto en el mundo cultural que imperaba durante el gobierno anterior del PP, me parece un error muy grave».

Precisamente, «error» es la palabra que define este hecho para la mayoría de consultados por este diario, como Pep Llabrés, presidente de la Associació Independent de Galeries d’Art de Balears (AIGAB), quien apuntó que estas remodelaciones «son un batacazo importante para todos, si ya se han impuesto muchas trabas, como la subida del IVA o la crisis, ahora, sin este organismo, será peor. Es una noticia muy desagradable y muy triste».

Decepción

«Lo que está claro es que, una vez más, la cultura no tiene ninguna importancia para nuestros gobernantes. Estamos ante un gobierno nefasto». Así de claro se manifestó Bartomeu Seguí, dibujante, Premio Nacional y presidente del Cluster del Cómic en Balears. «Es una decisión horrible y una decepción por el poco valor que la cultura tiene para el gobierno de Bauzá».

Para Paco Espinosa, presidente de la Associació d’Artistes Visuals de les Illes Balears (AAVIB), se trata de una decisión «extraña» y prefiere «esperar a ver qué ocurre ahora y qué consecuencias acarrea esta situación para valorar lo que está por venir, que no parece muy positivo». A pesar de esto, Espinosa opinó que «sin la Direcció General de Cultura el IEB deberá tener más fuerza, pero no debería ser así».

Con la Direcció General de Cultura fuera del nuevo organigrama del Govern de José Ramón Bauzá, sólo falta conocer qué competencias asumirá y cuáles serán las funciones de la nueva Secretaria Autonòmica d’Educació i Cultura.