Germán Traver, jefe de localizaciones de Palma Pictures y presidente del Cluster. | M. À. Cañellas

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El sector audiovisual está padeciendo la incapacidad política de ser gestionarlo. Lo opina Germán Traver, presidente del Cluster Audiovisual y jefe de localizaciones de la productora Palma Pictures, quien analiza la repercusión que está teniendo internacionalmente la falta de compromiso institucional en Balears con proyectos cinematográficos como Cloud Atlas. Traver habla de la gestión realizada por la Mallorca Film Commission (MFC), del futuro de esta entidad y del daño que se está haciendo a un sector estratégico.

—¿Cómo ha sentado entre el sector la falta de compromiso del Consell con el cine?
—Todo esto está haciendo muchísimo daño al sector servicios de aquí, pero también hay preocupación en el resto de España. Hace semanas estuve en unas jornadas en Madrid promovidas por el ICCA y lo primero que me preguntaron fue '¿Qué pasa con Cloud Atlas?’.Están muy preocupados, también desde la Spain Film Commission, porque está sufriendo mucho la imagen de España y el asunto de los impagos es algo más grave de lo que a simple vista puede parecer. Somos ejemplo de cómo no hacer las cosas.

—¿Qué sentido tiene una Balears Film Commission con esta brecha abierta?
—Le hemos expuesto al conseller de Presidència, Antoni Gómez, que quizá no vale la pena poner en marcha la Film Commission si no se soluciona el asunto. Tampoco se ha entendido que el impago se haya anunciado en prensa. Esto no afecta a una Conselleria, afecta a una sociedad y a un sector, al de servicios, que lleva muchos años trabajando muy duro para posicionar Mallorca como destino de filmaciones. Se nos ha ignorado.

—¿Qué solución propone el conseller Gómez?
—Sé que intenta mediar, pero también sé que la postura del Consell es totalmente rígida e inflexible, y alegan que no tienen armas jurídicas para solucionar la situación. Con voluntad política todo se puede solucionar. El daño al sector servicios es mayor del que se pueden imaginar. Además de la mala imagen, se ha perdido la oportunidad de tener una premier en Mallorca, de tener a Halle Berry o a Tom Hanks delante de un cartel de Visit Mallorca.com, y una campaña así te cuesta millones no 150.000 euros.

—La futura Film Commission tendrá mucho que arreglar...
—Para empezar no creo que esté operativa hasta el 1 de enero de 2014. Luego hay que desarrollar un reglamento para su funcionamiento, sus planes estratégicos... Serán necesarios al menos tres años para desarrollar todo esto, también de financiación y apoyo institucional para ponerla en marcha.

—¿Hay preocupación entre los clientes de su empresa?
—Claro, claro... Lo cierto es que muchos proyectos ahora se están yendo a Croacia, que han logrado levantar una ley de incentivos en seis meses. Cuando ya se sabía que habría problemas de pago de ciertas ayudas y la MFC las seguía ofreciendo, tuvimos que desarrollar una labor anticomercial porque había directores que pensaban venir bajo unas promesas que luego no se iban a cumplir y que luego les iba a pasar como a The Pelayos o Cloud Atlas.

—¿Conscientes de ello?
—La situación era la que era. Ese presupuesto de 350.000 euros que había para 2012 se supo que no iba a ser ejecutado en su totalidad. Todo esto nos ha afectado, aún más el impago a Cloud Atlas, que está teniendo una repercusión mundial. El presidente de la asociación productoras alemanas, que es coproductor de la película, estuvo aquí en octubre y estaba muy preocupado por la influencia negativa que estaba teniendo en el mercado alemán. Ahora que saben que no van a cobrar, no sé qué pensarán.

—¿A diferencia del conseller Jaume Joan, cree que son necesarios los incentivos?
—Es cierto que hay proyectos que siguen viniendo sin ayudas. Pero se calcula que el 80% de los proyectos que podrían venir a España se están perdiendo por esta falta de ayuda. No tenemos que fijarnos en lo que tenemos, sino en qué podríamos tener. Lo hacemos en Turismo. ¿O es que hay algún conseller que diga que son suficientes los turistas que viene? No. Pues igual con el audiovisual. Si no competimos, nos quedamos fuera de la partida. Nos estamos cargando un sector que, según recoge la Llei Audiovisual, es estratégico. Estamos en una gran contradicción.

—¿Hay que escuchar más al sector?
—Hemos pedido que el sector esté dentro del consejo asesor de la Illes Balears Film Commission. Creemos que el modelo de la Palma Film Office, que funciona muy bien, se debería exportar. El sector debe estar más cerca de la gestión. La gestión de Pedro Barbadillo [ex director de la MFC] ha ido, en algunos cosos, de forma separada a los intereses del sector de servicios. Ha habido falta de información, se han realizado eventos que están bien, como la Semana de Cine Europeo, pero que son promoción turística o la labor de la dirección general de Cultura. Una MFC tiene que tener claro cuál es su objetivo: Traer filmaciones a un territorio. Se ha dispersado en ese sentido.