Paco Colombàs, Jonathan Mills, Joan Dell'Olmo y Xavier Marín, cuatro de los cinco miembros del grupo.

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El poblado de Drvengrad, ubicado en la región de Mokra Gora (Serbia), se construyó para rodar una película dirigida por Emir Kusturica. En un principio, el pueblo iba a tener una utilidad meramente escénica, pero acabó siendo habitado. Pasó de ser una improvisada infraestructura a convertirse en un lugar consolidado. Algo similar ocurre con la música de Oso Leone. Su primer trabajo homónimo estaba confeccionado «sin pretensiones. Era naif, grabamos hasta un tema en la cocina», recuerda Paco Colombàs, integrante del quinteto que ahora desvela su segundo trabajo, Mokragora (Foehn Records), mañana, a las 20.00, en el Teatre Xesc Forteza.

El nuevo proyecto se divide en dos formatos. Por una parte, el disco o vinilo, y por otra, el libro Belle-Île , que incluye una descarga digital del álbum. La obra es un recorrido a través de fotografías de un hotel abandonado en la isla de Belle-Île (Francia) así como de Drvengrad. El autor de las imágenes es Gabriel Haberland, un compañero del vocalista del grupo, Xavier Marín, con quien coincidió en París en la carrera de Bellas Artes.

Los componentes del conjunto relacionan el significado de las fotografías con su música. «Es la metáfora de la improvisación que acaba siendo música, como las estructuras que creó Emir y que acabaron siendo habitadas», matiza Joan Dell'Olmo. Mokragora hospeda a nueve canciones folk, coproducidas con Toni Noguera, ocho de las cuales reciben nombres de plantas como Ficus o Cactus . Sembraron la primera semilla y el resto fueron brotando casi espontáneamente. «Hay temas que funcionan muy industriales, no es que nos vaya el rollo ecológico», aclara Marín.

Oso Leone. Teatre Xesc Forteza de Palma. Mañana, a las 20.00.