Maria do Rosário Pedreira, ayer en Palma. | M. À. Cañellas

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Es autora de libros de géneros diversos, además de editora y descubridora de muchos autores contemporáneos destacados de la literatura portuguesa. Hablamos de Maria do Rosário Pedreira, quien participó ayer en las IV Jornades de Cultura Portuguesa que la colaboración entre la Universitat de les Illes Balears (UIB) y el Instituto Camões hacen posible. Unas jornadas que continuarán hoy, a las 19.00, con José Jorge Letria en el edificio de sa Riera, de Palma, y que, por motivos de salud del ponente José Viale Moutinho, se suspende la charla la de mañana.

—Ha escrito literatura infantil y juvenil, novelas para adultos y poesía, ¿qué género le gusta más?
—Cada uno me gusta por lo que hago con el. En una de las colecciones de literatura infantil las aventuras contenían historias sobre Portugal; en otra de las series incluía valores morales; las novelas son bastante autobiográficas y la poesía habla, sobre todo, de mis sentimientos y pensamientos.
—Como editora, ¿qué busca en los escritores?
—Hoy en día se leen más best sellers que literatura de calidad, pero la literatura es lo que queda, lo que transmite conocimiento al final. Por eso, desde 1998, no desisto en buscar literatura seria y promocionar a nuevos talentos.

—¿Cómo consigue que se lea la literatura de calidad?
—Vargas Llosa dijo: «estamos en la civilización del espectáculo». Por eso hay que ser partícipe de ese espectáculo para que se lean buenos libros.

—La crisis que vivimos, ¿tiene un lado bueno para la literatura?
—El número de títulos nuevos es menor, lo que puede dar una segunda vida a otros más antiguos. En Portugal, las editoriales resucitan a autores que estaban olvidados o habían sido ignorados antes.

—¿Cuál es el lado malo?
—Que todo tiene que ser un negocio, porque se están acabando los valores humanos en favor de la dictadura del dinero.

—¿Cree que los gobernantes tienen algo que ver en esto?
—En todas partes, los que se ocupan del gobierno hace años que están más preocupados en enriquecerse que en hacer cosas buenas. Quieren ser alguien, el resto no importa. Los políticos de hoy no entienden la cultura, entienden mejor a los bancos.

—Las movilizaciones, como la que tuvo lugar en Portugal hace unos días, ¿pueden mejorar la situación actual?
—Creo que la gente que está saliendo a la calle, los jóvenes que están enfrentándose a las dificultades actuales, en el futuro serán los políticos. Es lo que me da más ganas de apoyar las protesta, esta crisis ha despertado las mentalidades de los más jóvenes.