El escritor y dibujante Gabi Beltrán trabaja en la primera página de 'Historias de barrio'. | Elena Valverde

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Recién salida del horno nos presenta Gabi Beltrán (Palma, 1966 ) la primera página del segundo volumen de Historias de barrio, un proyecto que comparte con el Premio Nacional Tomeu Seguí (Palma, 1962). En la faceta de guionista y colorista, Beltrán comparte el argumento de algunos de los relatos que formarán parte de este álbum, en gran parte autobiográfico.

Después del éxito del primer libro, con el que lograron el Premi Ciutat de Palma de Cómic, Beltrán vuelve a profundizar en sus recuerdos, aliñados en algunos casos de ficción, para hablar de drogas, prostitución, malos tratos... Lo hace desde el perdón, desde la reconciliación con el pasado. «El odio no es buen escritor», reflexiona el dibujante, quien avanza que ya tiene guionizados los tres primeros relatos de este próximo libro.

Entre ellos, podemos encontrar uno dedicado a su abuela, «lo he titulado La Muleta. Ella fue uno de mis grandes apoyos»; pero también otros conmovedores textos que hacen alusión a los primeros 'coqueteos' con la heroína de un barrio, el Barrio Chino de Palma, del que Beltrán huyó a principios de los ochenta después de esquivar esas drogas que sí acabaron con muchos de los amigos de la niñez.

El guionista de Historias de barrio avanzó que el primer álbum se va a distribuir también en Francia y Alemania, y espera que este segundo trabajo vea la luz antes de final de 2013.

Gabi Beltrán recuerda que este proyecto salió a la calle gracias a Tomeu Seguí, quien «me animó a hacerlo».

Ahora, después de llegar a un pacto de no agresión con aquella época de su vida, comparte esos recuerdos vestidos de cierta «ternura». Todo aquello que le sucedió a aquel joven, esas experiencias «no deseables» para ningún adolescente, forman parte de un catálogo de relatos que Beltrán espera cerrar con un tercer volumen. «Tengo historias para tres libros. La idea es publicarlos y luego encartarlos», detalla.

Historias de barrio 2, título provisional, se presenta con las mismas líneas estilísticas del primer libro. «El dibujo es el mismo y el tratamiento del color también. Esa es la intención», dice.

Gabi Beltrán comparte este proyecto con la escritura de una novela, una «comedia», que ha retomado después de seis años. De esta forma, compagina con un poco de humor las historias dramáticas de ese barrio al que ha regresado en la madurez, cuando «es posible encontrar algunas explicaciones» a determinados actos de los adultos. Las nuevas historias del barrio toman color.