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Una entrevista de Raphel Pherrer a Josep Maria Llompart evidencia que el escritor nunca tuvo escrúpulos para decir lo que pensaba. Para apoyar su causa: la cultura catalana. Más de una treintena de personas se reunieron ayer en la sede de la Obra Cultural Balear de Palma, en Can Alcover, para recordar al poeta en el vigésimo aniversario de su muerte.

El presidente de la OCB, Jaume Mateu, introdujo el acto, «muy institucional», ya que Llompart fue el presidente de la entidad desde el año 1976 hasta el 1984. Mateu destacó del poeta ser pionero «en que se hablara sistemáticamente de país y nación así como de Països Catalans».

Mateu recordó que en 1983 Llompart consiguió que Miró cediera una obra a la entidad, que en aquel momento pasaba por dificultades económicas. «Llompart es el hombre del país, que es como decir de los países, de nuestros países», sentenció el presidente de la OCB.

La biógrafa de Llompart, Pilar Arnau, resumió su trayectoria personal y profesional. «Llompart aceptaba cualquier propuesta que se le hiciera por el bien del país, que no era fácil en los tiempos que corrían porque sus relaciones con el poder nunca fueron cordiales», explicó. También hizo mención a su simpatía por el PSM, que compartía su visión de «unos Països Catalans libres y solidarios en la Europa de las naciones». Antes de dar paso a la entrevista de Raphel Pherrer, Arnau aseguró que «sin él es muy difícil que la historia contemporánea de Mallorca se hubiera escrito de otra manera».

Tras la entrevista se proyectó un documental que la televisión de Manacor emitió el día que falleció Llompart, el 28 de enero de 1993. La cinta reflejaba momentos cumbre del ensayista, como el reconocimiento de méritos de l’Escola Municipal de Mallorquí de Manacor y la constitución de la Federació Llull, en 1990, integrada por Òmnium Cultural, la Obra Cultural Balear y Acció Cultural del País Valencià.