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La música sonó ayer en la iglesia de Sant Marçal, en sa Cabaneta, para recordar al violinista Bernat Pomar, fallecido en 2011, pedagogo, compositor y activista cultural, y también para anunciar un proyecto que busca mantener vivo su legado «humano y musical», la creación de una asociación sin ánimo de lucro que se encargará de ello.

Con este concierto, los seguidores de Pomar también quieren perpetuar una tradición iniciada por el autor del método de enseñanza El meu violí, un evento que él había institucionalizado en estas fechas en el mismo escenario. Por eso, en el mismo ayer se daban cita desde los pequeños violinistas que aprenden el método gracias a profesores que en su día hicieron lo propio en la escuela de Pomar, como a otros ya consagrados, entre los que estaban anunciados, por ejemplo, Serafín Nebot, de Los Javaloyas, o el internacional Francisco García-Fullana.

Respecto a la Associació d'Amics de Bernat Pomar, -que ya cuenta con estatutos, pero que aún tiene que registrarse oficialmente-, alumnos, exalumnos y sus familias participan activamente en esta propuesta de futuro, «abierta a todas las personas interesadas en la cultura», decía ayer Rafael Pericàs, uno de sus promotores y padre del violinista Xavier Pericàs. En el germen de la misma también se puede citar, entre otros, a Francisco García, padre de García-Fullana, al abogado Ramon Andreu y al escultor Damià Ramis, quien espera poder pasar a bronce un busto del maestro, del que ya ha hecho la maqueta. La intención es que pueda colocarse en algún lugar emblemático, «por ejemplo cerca del Conservatorio», comentó Pericàs. Por otra parte, la familia de Pomar pone al día su legado, «y quien sabe si puede salir alguna composición inédita», y los mestres de El meu violí siguen acercando la música a los más pequeños mediante ese método del que han surgido toda «una pléyade» de violinistas. Algunos de ellos demostraron ayer la eficacia del mismo ante numeroso público.