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La Fundació Teatre Principal de Palma y su gerente, Margalida Moner, se han enfrentado desde el 29 de febrero de este año a dos demandas judiciales interpuestas por los trabajadores despedidos en ese mismo mes tras una reestructuración de personal. La primera fue solicitada por los dos delegados sindicalistas que formaban parte de la plantilla y, la segunda, por los otros cinco empleados. Ahora, el Juzgado de lo Social Número 1 de Palma se ha pronunciado a favor de la fundación del teatro y su directora en referencia a la primera denuncia en un juicio que se celebró el pasado lunes.

Los dos sindicalistas reclamaban el despido nulo por vulneración de derechos fundamentales y una indemnización por daño moral de 15.000 euros, «derivado por discriminación y lesión de derechos fundamentales, y subsidiariamente improcedente» frente a la fundación del teatro y su directora.

Según la determinación de la jueza Elena Lillo Pastor «no ha lugar a este recurso de reposición interpuesto por los dos extrabajadores contra el auto de este Juzgado de fecha 8 de octubre de 2012, el cual se declarará ajustado a Derecho». La letrada especifica, además, que «no cabe recurso alguno». La única vía posible para los delegados sindicales es acudir al Tribunal Constitucional.

Derechos

En el auto judicial se explica que los dos exempleados fueron requeridos el 12 de septiembre por el Juzgado de lo Social número 1 de Palma para que procedieran «a concretar diversos extremos de la pretensión ejercitada en la demanda» y que especifiquen «qué actuaciones han supuesto vulneración de derechos fundamentales». Los sindicalistas se limitaron a manifestar que el hecho que ha supuesto dicha vulneración ha sido principalmente la extinción de la relación laboral», por lo que el documento añade que esta declaración «no se considera en modo alguno suficiente para entender subsanado el defecto legal apreciado en la demanda».

De este modo, la Fundació Teatre Principal de Palma y su gerente Margalida Moner han ganado la primera batalla judicial y, por el momento, se mantienen a la espera de ver qué ocurre con la otra demanda promovida por el resto de extrabajadores del teatro.