Cristina Maristany, escritora y colaboradora de este diario, en una imagen de archivo. | Carles Domènec

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Hacer balance de diez años escribiendo artículos «es complicado». La escritora Cristina Maristany, colaboradora de Ultima Hora, repasa en su nuevo libro, Los hjijos del olvido , una década de columnas y escritos publicados en este mismo diario. En sus manuscritos -confiesa que todavía sigue escribiendo en papel, «no me gustan los ordenadores, me aburren y me dejan en blanco»-, la autora ha retratado hechos de nuestra historia más reciente, ha hablado de personajes políticos y culturales, pero, sobre todo, todos ellos tienen algo en común, «siempre surge, de una manera u otra, el que fue mi marido durante veinticuatro maravillosos años».

La escritora, que tiene en su haber una decena de libros publicados, se define como «una mujer de izquierdas, luchadora y utópica, siempre lo seré, nunca me cambiarán». Prefiere hablar del presente, aunque «cuando es necesario hago hincapié en el pasado, todavía quedan muchas cosas por resolver».

Sobre la actualidad, Maristany opina que «la situación del país es monstruosa, ha superado las peores expectativas y, además, con creces». La autora considera que «es una vergüenza lo que el PP está haciendo con la Sanidad y la Educación. Con todo, en general». Es más, dice ser una «defensora» del movimiento 15M, aunque cree «debería ampliar sus objetivos y poner sus miras en otros horrores, como la guerra y sus víctimas».

Con Los hijos del olvido «sé que voy a ser criticada, tanto por la izquierda, como por la derecha», dice Maristany, ya que también toca temas «delicados» como el aborto, sobre el que «no me posiciono ni a favor, ni en contra». También cuenta con un relato «inédito» sobre un anciano que busca «a sus posibles descendientes».

Maristany, que residió en Sóller durante cuatro años a finales de los 90 y principios de 2000, -«una de las etapas más felices de mi vida después del fallecimiento de mi marido»-, reconoce sentirse joven de espíritu «a pesar de que soy muy mayor». De hecho, «estoy desarrollando una faceta interpretativa a la que he llegado tarde, pero con muchas ganas y lo disfruto mucho».