David Carabén posó ayer para este periódico.

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A David Carabén (Barcelona, 1973) le hubiera gustado tener la voz de Frank Sinatra o Louis Armstrong. El avezado líder de Mishima tiene de Peter Pan la voluntad de alargar el proceso adolescente. Su elocuencia se hace patente cuando defiende su último LP, L'Amor feliç . Su periplo de 'cortejo' isleño continúa hoy, a las 21.30, por el Auditori de Porreres. El itinerario seguirá mañana en el Auditòrium Sa Màniga (Cala Millor) y pasado por el Auditori d'Alcúdia.

Comparte con el personaje de Disney el tupé y la facilidad de persuadir. Su música gusta, cada vez, a más público. Aunque él tiene la sensación de «no haber llegado a ningún sitio, sólo hace dos años que me puedo dedicar a esto y me gano la vida mucho peor que antes», apostilla.

Estudió políticas y fue periodista antes de pisar los escenarios con un cuarto de siglo vivido. En su disco más reciente, Mishima dedica un corte a una vieja herida. «Algunas cicatrizan, otras no», aclara. ¿Catalunya está herida? Carabén considera que «es un país que se está mirando al espejo desde hace años y está viendo que ha de hacerse más maduro y convertirse en un estado».

David Carabén, el Peter Pan quiere alargar el proceso adolescente de estar en la edad de los posibles, se muestra escéptico ante la existencia del amor feliz. «Existe un disco que se titula L'Amor feliç y dura 40 minutos», zanja.

Mishima. Hoy, a las 21.30, Auditori de Porreres. Mañana, a las 21.30, Auditòrium Sa Màniga; pasado, a las 21.00, Auditori d'Alcúdia.