El escritor y antropólogo Albert Sánchez Piñol posó para este periódico en la sede de la editorial La Campana, en Barcelona.

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Victus (La Campana), del escritor y antropólogo Albert Sánchez Piñol (Barcelona, 1965), que aspira a convertirse en la gran novela histórica sobre el asedio de Barcelona que acabó el 11 de septiembre de 1714, recuerda la intervención en el combate de los artilleros mallorquines a las órdenes de Francesc Costa.

Sánchez Piñol escribe: «Costa tenía a sus órdenes a un numeroso grupo de mallorquines, considerados los mejores artilleros de la época. Tras la caída de Barcelona el mariscal Berwick ofreció a Costa que sirviera en el ejército francés con un estipendio más que elevado. Costa huyó».

El autor catalán más traducido subraya que «en cuanto a la fulgurante huida de Costa después del 11 de septiembre, me apuesto lo que quieran a que sus mallorquines se las apañaron para embarcarlo hacia las Islas Balears». De la resistencia contra los Borbones, Sánchez Piñol añade: «Mis mallorquines los mantendrán a raya mientras no nos superen en una proporción superior de tres a cinco».

El escritor comentó que «1714 es una fecha simbólica que cada generación reinterpreta y es la tragedia perfecta». El autor asumió que «fue una derrota militar que se ha convertido en un capital simbólico de un pueblo que luchó contra dos dictadores». Sánchez Piñol declaró que «he escrito con las convenciones de la novela histórica; escrupuloso con los datos e imaginativo en la vida privada de los personajes».

El antropólogo contó que «la catalanofobia no es un invento de nuestros días», y afirmó que «a veces tienes la sensación de que el presente se proyecta en el pasado». El autor de La pell freda (2002), Pandora al Congo (2005) y Tretze Tristes Tràngols (2008), siempre en Edicions La Campana, expuso que «la historia de 1714 es tan trágica que quise incorporar algo de humor», y aseveró que «debería superar fronteras ya que el mismo Voltaire se refiere a los hechos para que los reyes no se opongan nunca a un pueblo en armas».

La historia de la guerra de Sucesión y el asedio de Barcelona representa el primer libro en castellano de Sánchez Piñol, quien razonó que «un creador debe dejarse llevar, empecé el libro en catalán y llegué a las cien páginas pero algo fallaba; me pasé al castellano y todo empezó a funcionar», y destacó que «en el siglo XVIII el idioma no era una preocupación de los catalanes».

Militar

«¡Dejo fatal a todo el mundo!», apuntó el novelista de Victus , una novela que ya se está traduciendo al francés, holandés, ruso, alemán y catalán (Xavier Pàmies). «Fue un acto de terrorismo militar fuera de lo común y Felipe V fue un demente con una total manía a los catalanes». Victus también carga contra su rival Carlos III e incide en el comportamiento, reprochable, de las clases dirigentes catalanas de aquella época.

La editora Isabel Martí puntualizó que «los artilleros mallorquines y Francesc Costa son de los pocos personajes que quedan bien».