La fachada principal del edificio Can Pujol. | E. Canyelles / Ll. Guasp

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En el edificio modernista de Can Pujol se ha finalizado su reforma. Declarado Bien Catalogado por el Consell de Mallorca, el inmueble ha conservado todos los elementos decorativos pertenecientes a la corriente art nouveau.

Can Pujol, datado de 1904, consta de tres plantas y muchos arquitectos se lo atribuyen a Gaspar Reynés. Ahora, su propietaria desde el año 2009, es Carola Büchler, una inversora de Munich cuya vida transcurre entre la ciudad bávara y la Isla. «Patrimoni me ha permitido derribar algunas paredes pero me han pedido que conserve el dibujo de las baldosas hidráulicas de geometría variada», explica. Unos pavimentos que ha tenido que encargar a una empresa de Campos especializada en suelos.

De la fachada de Can Pujol sobresalen las ménsulas del balcón de hierro forjado ondulado además de los remates florales y los ornamentos decorativos recién restaurados. En su interior, los ventanales se han conservado, al igual que las dos chimeneas y las barandillas de la escalera. También se aprecia una secuencia de arcos cuya estructura ha sido reconstruida pese a que la forma se haya mantenido intacta.

En un principio, la segunda y tercera planta estaban destinadas a convertirse en dos viviendas de lujo. Pero su propietaria se está planteando convertirlas en una sola casa. El primer piso, de dimensiones más reducidas, «sería ideal para utilizarlo como loft o incluso montar una galería», comenta Büchler.

El barrio de Santa Catalina, el Castell de Bellver, sa Llonja o La Seu se pueden avistar desde la terraza del ático. «La estructura de la casa estaba muy mal», explica Büchler, que ha invertido más de un millón de euros en su reforma, doblando así el cálculo inicial. «He tenido muchos problemas, si llego a imaginar el trabajo que suponía reformarla no la hubiese comprado». Carola declara que «Patrimoni me ha obligado a contratar a un restaurador para supervisar la obra de Can Pujol». Su actual propietaria no sabe si lo venderá o lo aprovechará ella. Se encuentra descontenta con el trabajo de su restaurador «por haber retrasado el proceso» y dice que en Alemania la gente tiene otra concepción del tiempo». Esto es Mallorca.