TW
0

El pianista Alexei Volodin, nacido el año 1977 en San Petersburgo, actúa esta noche en la XXXII edición del Festival Chopin que se lleva a cabo en la Cartoixa de Valldemossa, a las 22.00 horas.

Este músico ruso presenta su Recital de Chopin , compuesto por dos partes de 40 minutos cada una, con un pequeño descanso en medio. Las melodías que va a recuperar serán: cuatro impromptus, Barcarola y Fantasía Polonesa en el primer acto, y 24 preludios en el segundo, todas composiciones del polaco, que vivió en la Cartoixa entre 1838 y 1839.

Volodin estuvo en el Festival Intenacional de Pollença años atrás y comenta que «había viajado a Valldemossa porque me interesaba mucho ver el sitio en que residió Chopin, aunque esa vez fue como turista, y estoy orgulloso de regresar como pianista a ofrecer un recital en la que fue su casa».

Hay que tener en cuenta que su última disco esta dedicado por completo a Chopin; en referencia a esta elección, Volodin dice: «Es uno de mis compositores favoritos, lo he tocado durante toda mi vida, y le he dedicado mi último trabajo porque le amo y fue lo primero que se me vino a la cabeza cuando los alemanes me ofrecieron el contrato». Al preguntarle por las particularidades de su interpretación de las pieza, explica que «sólo intento ser puro al espíritu de la música en la manera en que la siento. Cada artista se imagina las melodías en su cabeza y alma de manera que cada una crea un mundo propio; yo intento ser verdadero con ese espíritu y la partitura».

La crisis económica ha ocasionado que Alexei Volodin viniera cobrando menos, pero no está molesto: «Muchos artistas han tenido que reducir su caché, pero para mi lo más relevante era la oportunidad de tocar en un sitio tan importante históricamente». Sobre esa disminución en los sueldos opina que «no es que estuviéramos sobreestimados, cualquier artista puede recibir lo que le paguen. Pero si todos los conciertos están en crisis, no sería razonable rechazarlos porque no estén tan bien pagados. Eso sería un error».

Como la situación es generalizada y también va a afectar a los asistentes, confiesa que «estaré muy triste el día en que tenga que oir que a alguien se le vuelve difícil entrar. Espero que no sea el caso, y quiero que se sepa que los tíquets son muy baratos en relación a muchas otras cosas». Aunque añade: «Confío en que los patrocinadores encuentren alguna solución, como vender subscripciones más baratas, para poder continuar».

Empezó con el piano a los nueve años y ha recorrido medio mundo con él, pero asegura que «no tengo ningún secreto, empecé a estudiar tarde y nadie en mi familia es músico. Tengo cierto nombre porque he ganado un par de premios y tocado en muchos sitios, pero, fundamentalmente, me invitan porque piensan que soy bueno, dejémosles pensar que es así».