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El sector cultural nacional está revuelto por la subida del IVA. Varios colectivos han anunciado movilizaciones en diferentes lugares de la Península, una noticia que surge poco después de que la SGAE anunciase el alarmante descenso de las cifras relacionadas con el consumo del producto cultural. En Mallorca, la preocupación por las consecuencias del agigantamiento del IVA es palpable y los responsables de algunos de los escenarios de la Isla, con los que ha hablado este diario, coinciden en que «habrá que reducir la programación y asumir costes para sobrevivir, a la espera de que lleguen tiempos mejores».

Los números de la SGAE muestran que el sector teatral «ha vivido un declive constante tanto en espectadores como en beneficios», con un descenso del 43 por ciento en la cantidad de público que asiste a ver artes escénicas en Balears desde 2008. Pero no sólo el número de público está de capa caída, sino que también ha descendido el número de representaciones y el de recaudación.

El problema surge, según el director del Auditòrium de Sa Màniga, Pere Santandreu , «más que por la subida de impuestos, por la desventaja que tenemos respecto a la Península, un problema que cuenta con la desasistencia absoluta del Consell y el Govern, que desde hace tiempo no tienen ninguna línea que potencie la vida creativa en las Islas, a lo que la subida del IVA no ayudará».

Cómo repercutirá el aumento de los impuestos en la programación es algo que «preocupa» al vicepresidente de Cultura del Consell, Joan Rotger , quien asegura que «tenemos que estudiar qué línea seguir para mantener la calidad y así la asistencia de público en el Teatre Principal», aunque reconoce que «no debería afectar a la programación de la próxima temporada que estamos ultimando estos días».

Algunos piensan que «la subida de impuestos afectará directamente al número de asistentes», asegura Pere Mestre , fundador del Teatre Sans, de Palma. «Y eso sería negativo, por lo que hay que buscar nuevas fórmulas, tanto en el precio de las entradas, como en los beneficios de las compañías y confiar en el trabajo, la creatividad y la asistencia del público para mantener una cultura digna». Al respecto, la gerente del Auditori d'Alcúdia, Carme Suàrez , expresa que «hace tiempo que algunas compañías trabajan a taquilla», lo que significa que cobran únicamente por asistencia. Aquellos teatros que dependan de los ayuntamientos «tendremos que esperar a ver qué presupuestos se destinan a la programación, para ver si podremos contratar el mismo número de espectáculos o, como es previsible, tendremos que recortar en este aspecto», afirma.

Por esto son varios lo que piensan que «mantener el precio es lo único que se puede hacer para no asustar a la gente», explica Oscar Montaner , de Sa Botiga de Buffons. «Es probable que al principio al público le cueste más salir hasta que entre en una rutina y vuelva a los teatros». Sin embargo, Montaner lamenta que «el problema en Mallorca es que durante mucho tiempo vivimos de subvenciones y mucha gente se acostumbró a no tener que pagar por ver un espectáculo y eso se nota, porque no perciben los gastos que conlleva generar una obra».

Hay que tener en cuenta que el encarecimiento del impuesto de las entradas «hará que los del sector privado tengamos que pagar un treinta y ocho por ciento de su precio antes de emitirlas», lamenta Rafel Ferragut , propietario del Auditorium. «Ahora abonaremos un veintiuno por ciento de IVA, más un diez en derechos de autor y un siete para las comisiones del banco. A todo esto hay que sumar los gastos de la compañía que actúe, que es posible que se encarezca, el transporte, los vuelos y los alojamientos, que verán su coste aumentado. Eso sin contar con el personal del recinto, la electricidad y demás gastos».

Otro de los factores a tener en cuenta es el formato de las producciones teatrales que antes contaban con más gente y ahora se han vuelto más minimalistas. «Mover una función con muchos actores, vestuario y escenografía resulta caro», revela Montaner. «Es por ello que desde hace algún tiempo se apuesta por compañías más pequeñas que cuesten menos».

Aquello en lo que coincide la mayoría de profesionales consultados es que «existían otras alternativas» a la subida del IVA y alguno, como Ferragut, afirma que «las normas que dicta la economía es que sólo se pueden subir los impuestos en tiempos de bonanza». Por este motivo, ahora habrá que «aguantar como se pueda hasta que lleguen tiempos mejores», aunque en el camino «muchas empresas que se dedican a las artes escénicas desaparecerán».