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El anuncio del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de subir el IVA afecta directamente a la cultura, noticia que «preocupa» ya que podría suponer un «golpe mortal» para algunos sectores y que, además, afectará, no sólo a la producción, sino también a los que viven de ella.

El Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) general, que pasará del 18 al 21 por ciento, afectará principalmente al sector discográfico, así como a la venta de libros digitales. El reducido, que pasará a ser del diez por ciento en lugar del ocho, influye en el precio de las entradas. Por otro lado, el superreducido, que repercute en la edición en papel, no se verá afectado.

«Los empresarios están aterrorizados», asegura el promotor Toni Rubio, «y esto puede propiciar el cierre de algunas empresas. Esta subida es la puntilla para la economía nacional, porque si vender una cosa por diez euros es difícil, por más será imposible. Resulta vergonzoso, no sólo por los espectáculos, sino por una industria de la que comen muchas familias. Estoy indignado».

Inquietudes

La pérdida de espectadores es algo que preocupa a los profesionales del sector, que consideran que «sin duda, la subida de impuestos afectará al precio que pague el cliente por la entrada y por esto disminuirá el público que asista a las actuaciones», aventura el promotor Miki Jaume. «Ya nos esforzamos en ajustar los precios finales, pero es un pez que se muerde la cola: si pagamos más tenemos que cobrar más caro. Eso hará que venga menos gente y, por lo tanto, afectará a la productividad, lo que encarecerá el precio».

Pero la preocupación no sólo afecta al número de espectadores, sino también al gasto que conlleva crear un espectáculo. Carles Molinet, de Iguana Teatre, explica que «hasta ahora existía una diferencia entre el IVA que se pagaba por contratar un evento [un 18 por ciento] y el que se pagaba en una entrada [un ocho por ciento]. Hace tiempo que pedíamos una equiparación, a la baja, de estos dos impuestos, porque los contratantes tenían que adelantar un dinero que no liquidaban hasta unos meses después, pero ahora la diferencia será todavía mayor, lo que dificultará la contratación. Parece que más que recortar se intenta anular la industria cultural».

El sector del cine también se verá afectado. El exhibidor Joan Salas, pese a que todavía no ha hablado con la Federación de Exhibidores a la que pertenece y «no hay nada definitivo», considera que «los cines ya tienen que afrontar un gran gasto en la digitalización de sus salas [puesto que se dejarán de distribuir películas en 35 milímetros en 2014], y es previsible que sean esos mismos cines los que tengan que asumir la subida de impuestos, lo que puede no ser factible para todos». Por este motivo «se podría plantear la subida del precio de las entradas», aunque «no hemos hablado todavía».

El único sector que no se verá afectado por la subida del IVA es la edición de libros en papel. Desde el Gremi d'Editors de Balears, su vicepresidente, el historiador Josep Joan, considera que «esto evitará el agravamiento que vive el sector», que, según sus palabras, «ha sufrido un considerable descenso por la crisis, sobre todo, en las Islas». Sin embargo, «esta medida no favorece la venta, para lo cual se tendrían que dar muchos factores, algo que es muy complejo en estos momentos».

Al borde del abismo

Las producciones discográficas también se verán «afectadas» por la subida del IVA. Según explica Miguel Ángel Sancho, de Blau Produccions, «lo más triste es que bajará la producción musical». Considera que «es posible que las grandes empresas puedan asumir los nuevos impuestos sin afectar al precio final de venta, pero las pequeñas no y, si ya hemos pasado de producir 40 discos en un años a menos de diez, tendremos que hacer menos». Sancho explica que la «batalla» de las discográficas con este impuesto «viene de largo», ya que «el pasado año se propuso a la Comisión Europea igualar el impuesto al de los libros», que entran en el régimen de superreducidos, «y en vez de eso nos llevamos un golpe mortal al subirlo». El productor considera que «el problema está en que la gente seguirá consumiendo música, pero de manera gratuita por Internet, y eso descenderá todavía más las venta de discos».