Pese a vivir en Miami, Concha Buika considera Mallorca como su casa, donde «están mi madre y mis recuerdos».

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Turquía, Estados Unidos, Letonia, Inglaterra, Italia, Rusia... Su hoja de ruta es más internacional que un Boeing 747. Tras vender más de cuatrocientos mil ejemplares de sus diferentes elepés, Concha Buika sigue su particular tour de force haciendo escala en Mallorca (Sa Graduada, Muro, 5 de julio a las 22 horas).

La población de Muro acogerá los temas más representativos de su último disco de estudio, El Último Trago, donde tributa la figura de Chavela Vargas, «los homenajes hay que hacerlos cuando el artista aún está vivo, y yo quería agradecerle a Chavela la maravillosa educación en el amor que nos ha transmitido», considera. Jazz, copla, soul, boleros y funky se arremolinan bajo el timbre de voz aflamencado de Buika, con esa gracia y 'duende' que tan sólo el sur del país confiere a sus gentes. Sin embargo, es más mallorquina que la ensaïmada: «En la Isla tengo a mi madre y mis recuerdos, también a mis maestros Jacob Sureda y Toni Cuenca, esta es mi casa», sostiene.

Confiesa que su presencia en Muro le servirá para avanzar algunas pinceladas de su nueva grabación, un álbum de base electrónica que supondrá un considerable salto estilístico, «es un disco muy valiente, creo que todos los artistas llevan en su interior un montón de géneros musicales, pero sólo se atreven a sacar aquel que le permite su discográfica. Me veo preparada para tirar adelante un disco de electrónica», desvela. El álbum verá la luz entre finales de año y principios de 2013.

La artista tomó parte en La piel que habito , la última producción de Pedro Almodóvar, a ambos les une su forma de cultivar el arte, ese trazo apasionado y tocado de un naturalismo que hace añicos el costumbrismo más apolillado, siempre inmune al fracaso. «No creo en los fracasos, creo en los desaciertos, pero de éstos sacas la energía para afrontar con éxito proyectos venideros con los que contentar a la tribu». La 'tribu' es el apelativo con el que Buika define al público, «realmente la creación de un artista no está en manos de un productor o un manager, sino del público, la tribu».

Con su voz segura y bien timbrada, Conxa Buika le canta al amor y a los giros crueles del destino mostrándose siempre positiva, «el amor es el pilar de mi relación con la música, mi leit motiv , es el principal motivo de mi lucha y, hablando de luchas, creo que el elenco cultural de un país es su verdadero ejército, y no un soldado, que no es más que un arma».