La banda Kaiser Chiefs, en una imagen promocional.

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Kaiser Chiefs son a Franz Ferdinand lo que Blur a Oasis. ¿Basta está escueta línea para resumir la trayectoria y relevancia de la banda británica? Arriesguemos un poco más. Kaiser Chiefs se forman en 1997 en Leeds, nacen en plena efervescencia del sonido britpop, en un momento crucial para la música ya que redefinió los códigos del pop indie. La banda actúa hoy, junto a Zane Lowe y Spector, a partir de las 19.00, en el Festival Mallorca Rocks de Magaluf.

Su marca de fábrica: ruido, melodía, velocidad, juventud, amateurismo hedonista y, por encima de todo, una idea conceptual de actitud indie como bandera. Pero los Chiefs no saborearon las mieles del éxito en los noventa, no fue hasta 2004 que lograran hacerse eco con su álbum debut, Employment . Entonces sí, todo surgió como una exhalación. Sus sencillos les convirtieron en uno de los grupos de moda en el circuito indie británico, con temas como Ruby, extraído de su segundo largo, Yours Truly, Angry Mob (2007). La energía contenida se desató y se lió parda, el single penetró en las ondas hasta elevarse a lo más alto, ya no sólo del Reino Unido, sino de todo el mapa terrestre, favoreciendo su exposición en emisoras hasta la fecha impermeables a este tipo de música. La prensa londinense ya tenía una nueva ficha para jugar a su pasatiempos favorito, establecer competiciones entre bandas -con o sin su permiso-. Resistieron las comparaciones con Franz Ferdinand, aunque nunca se les han acercado en ventas ni descargas en red -tampoco su colección de hits es tan abultada- y eso que, al fin y al cabo, la fórmula magistral de estas dos bandas cuyos destinos parecen ligados viene siendo la misma: aúnar con tino las claves del pop clásico con el descaro del indie noventero, generando modernas canciones repletas e euforia.