El cantante y compositor mallorquín, en la sala Luz de Gas, de Barcelona, donde presentó las canciones de su nuevo disco. | Carles Domènec

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Llorenç Santamaria presentó a primeros de mayo, en la sala Luz de Gas de Barcelona, Pell de gallina, un disco inspirado en los recuerdos del artista que cuenta con ocho temas propios en catalán, una versión de A Love so beatiful de Roy Orbison y otra de Toni Morlà. Hoy lo dará a conocer en Palma a la prensa.

—¿Cómo surgió la idea de grabar Pell de gallina?

—Hace tres o cuatro años recogí unas cuantas canciones con la idea de grabar un disco. En Mallorca se escuchaba tan poca música en catalán que me pregunté si tenía sentido. Paré el proyecto. Participé en el musical Illamor con Tomeu Penya y Dagoll Dagom me llamó para participar en Cop de rock. Fueron seis meses de actuaciones más tres de ensayos cantando en catalán. Pensé que era el momento adecuado para recuperar el proyecto. El 11 de marzo terminé Cop de rock y al día siguiente ya trabajaba con los músicos en Pell de gallina.

—Con ocho temas propios, ¿de qué se ha impregnado el disco?

—Son recuerdos. El tema Escollir cuenta con sonidos tipo Pink Floyd. La canción Plaça Gomila habla de los recuerdos en los años 60 y 70 en un lugar increíble con una versión muy funky. Fue una época bonita. Hay otra de mis principios, Tot va ser pel rock & roll, donde explico las razones de estar aún aquí. En El tio Nicolau hablo de un familiar con quien trabajé de barbero en Santa Maria. Me contaba historias de aventuras con mujeres que conoció cuando emigró a Cuba. Mestre Pere Joan es una canción muy bonita sobre lo que imagino que debe estar pensando aquel anciano típico que, a veces, encontramos solo en una plaza.

—Son canciones narrativas.

—Sí, una música te inspira la letra o al revés. Hay otra canción, Kilómetro 14, sobre unas mujeres en la carretera de Castelldefels. Es un pequeño homenaje a Steve Ray Vaughan, continuación de Jimmy Hendrix.

—El momento que se vivió en la plaza Gomila fue irrepetible.

—Te traían los discos de fuera. Era difícil escuchar esas músicas. Encontrarte con esos monstruos tuvo un valor incalculable. Hendrix se convirtió en un mito.

—Una generación de músicos se formó en Mallorca a través de esas experiencias.

—Sí, Hendrix era un excéntrico. Te podía gustar el estilo o no pero se respiraba música por todas partes. Por eso salieron buenos músicos. Cuando la sala Sargent Peppers entró en declive, se pasó a Barbarella donde vi a Wilson Pickett que era un monstruo del blues. Le aguantaba el bombo, tumbado en el suelo, mientras él tocaba. La batería era de nuestro grupo y se la dejábamos. En Pell de gallina, hago un recorrido por esas vivencias.

—¿Cómo fue colaborar con Tomeu Penya en Dos bergants?

—Fue divertido. La compuse porque cada vez estoy más cansado de las lecciones diarias de los que tienen el poder. A dos bergants como nosotros no nos pueden engañar, tenemos el culo pelado de ir por el mundo.

—¿Llegará Pell de gallina a Mallorca?

—¿Se oye alguna canción en catalán en Mallorca? No puedo pensar sólo en Mallorca. Yo pienso en la gente que quiere escuchar las canciones en catalán. Soy un sentimental. He hecho muchas cosas por Mallorca y las seguiré haciendo, pero si cierran la única emisora que emitía canciones en catalán… ya me dirá.