Luis Ignacio Ramallo posó ayer para este periódico antes de la entrevista.

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La Catedral, «tan abierta a la innovación artística», podría aspirar al reconocimiento y la protección de la Unesco como patrimonio material. Así le gustaría a Luis Ignacio Ramallo Massanet (Palma, 1931), presidente de la Comisión Nacional Española de Cooperación con la Unesco, organismo que patrocina desde este fin de semana la programación del primer Día Internacional del Jazz en Mallorca. «No es una patrocinio monetario, es un certificado de calidad», aclara.

Ramallo considera que la Seu, o incluso «todo el barrio gótico de Palma», tiene muchas cualidades para esa puesta en valor y destaca las intervenciones en el monumento de Gaudí y Miquel Barceló. Asimismo, celebra las recientes declaraciones de la Serra de Tramuntana como paisaje cultural, «una categoría nueva y que se impondrá como la favorita»; y la Sibil·la como patrimonio inmaterial.

La comunión entre cultura y desarrollo está «en auge» dentro de la Unesco desde hace unos años. Bajo este prisma -«tras la segunda Guerra Mundial fue la educación y luego la ciencia»-, este organismo busca «no sólo asesorar a los gobiernos en estas materias, sino también involucrar a la sociedad civil», explicó Ramallo, quien comentó por otra parte: «No he conseguido que el Gobierno balear cree una sucursal aquí» o «un centro Unesco» desde el que se podrían ofrecer algunos proyectos «de interés balear»

¿Qué posición toma la Unesco ante los conflictos lingüísticos? «La Unesco, dentro de los términos de la convención, aprueba lo que los países quieran hacer. En el caso de lo que está sucediendo en Balears, cuando se enquistan demasiado los extremos, perdemos todos. Parto de la premisa de que siempre tenemos que sumar», comentó el mallorquín, quien subrayó: «La cultura une a los pueblos». Así, España colabora con otros con la aportación anual de fondos que están permitiendo, entre otros asuntos, desarrollar campañas del libro en países de Sudamérica.