Lluís Maicas posó para este diario en Palma. | Jaume Morey

TW
4

A los pocos meses de comenzar sus estudios de Farmacia en Barcelona, Pere Sard debe volver a la Isla. Es verano de 1936 y este joven se encuentra, de repente, en mitad de una guerra, dos bandos y una enfermedad. La historia de este personaje real de la localidad de Inca es ahora narrada por el poeta, novelista y empresario Lluís Maicas (Inca, 1954) en su segunda novela, L’home provisional. El escritor presentará el libro el día 26, a las 20.00, en la Fundació Es Convent de Inca.

—¿Por qué quiso novelar la vida de Pere Sard?

—Es una historia que me rondaba desde hacía mucho tiempo, basada en una versión muy libre de un personaje real al cual yo sólo conocí de vista cuando era adolescente. Creí que era el momento de escribirla. De Pere Sard me llamó la atención una cosa muy singular, que nunca trabajó, y eso me pareció muy peculiar.

—¿Fue determinante el estallido de la Guerra Civil en la vida de Pere Sard?

—La Guerra Civil sólo es aquí un recurso literario, un telón de fondo en unos años de la vida de este personaje. Es cierto que no es un elemento esencial, pero sí me sirve para poner de relieve comportamientos y actitudes en una situación extrema.

—El relato también habla de una Mallorca virgen y preturística. ¿Es un canto de añoranza a esa época?

—Supongo que sí, yo guardo muchos recuerdos de aquel momento, así que el entorno fue fácil de construir y describir. Como en mi caso, la gente iba de veraneo y se concentraban en zonas costeras del 15 de julio al 15 de agosto, hasta la celebración de la Mare de Déu d’Agost. Eran tiempos bonitos y conocías a mucha gente. Allí también coincidí, precisamente, con Pere Sard.

—Dicen que la segunda novela es la prueba de fuego. ¿Cómo se ha sentido escribiéndola?

—Tengo una cierta dificultad para escribir. Cuando me siento frente al ordenador, escribo, vuelvo a escribir, corrijo... No es una actividad que mientras la realizo me produzca placer, me produce placer cuando consigo decir lo que quiero decir. Mientras esto se resiste noto una sensación parecida a la angustia, pero el resultado final te aporta una satisfacción inmensa.

—Una cuestión difícil: ¿Poesía o narrativa?

—La poesía viene de una sensación más interior. El que escribe poesía se ‘desnuda’ ante el lector, es una confesión. En cambio, en las novelas hablas de personajes y vas camuflando tu interior y tus sensaciones, aunque en mi caso la prosa tiene algo de poesía, no lo puedo evitar.

—¿Qué opinión le merece todo lo que está ocurriendo en torno a la lengua?

—Los políticos han devuelto a la sociedad un conflicto sobre la lengua ya superado y que se había normalizado. Por alguna razón extraña o maliciosa, nuestros representantes institucionales han creado un problema, y estas decisiones son una falta de responsabilidad.