Iván de la Fuente, mostrando parte de su trabajo en una de las salas de Can Lis, la casa de Jorn Utzon en Portopetro. | Jaume Morey

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Como si de un «detective» se tratara, el arquitecto Iván de la Fuente (Palma, 1976) recorre con su metro, su brújula y todo su material de trabajo todos los rincones de Can Lis, la casa que el maestro de la arquitectura Jorn Utzon, artífice de la Ópera de Sidney, construyó en Portopetro para su familia. De la Fuente es el primer residente del programa de estudio que coordina la Fundación Utzon de Dinamarca, propietaria del inmueble, y su objetivo es «analizar y resolver» los entresijos de esta construcción.

Para conseguir la beca –basada en un mes de residencia y una dotación económica de 728 euros–, De la Fuente presentó su proyecto de tesis, en el que aún está trabajando y que, precisamente, se centra en las tres casas que Utzon construyó en la última etapa de su carrera: Can Lis, Can Feliz, ambas levantadas sobre terreno mallorquín, y un proyecto en Sidney que jamás se llegó a construir.

«Cuando estudias obras de arquitectura intentas comprenderlas y extraer su complejidad. Para ello nos fijamos en modelos ejemplares y en estas tres casas es obvio que eso está. Tener el material cercano también es importante, y aquí en Mallorca lo tenía a mi alcance. El hecho de poder conocerlas de primera mano es fundamental y me permitirá completar mi tesis y cerrar este capítulo», detalla el arquitecto.

El interés de este joven, formado en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (ETSAB), se concentra en dos aspectos en su estudio en Can Lis. El primero, «investigar cómo se resuelve su construcción, por qué las cosas son como son y no son de otra manera, analizando las versiones de la casa [cuatro planos en total]. Todas esas cosas las quiero palpar y comprobar». La otra faceta es «tratar de ver cómo se usa la casa y conocer cómo Utzon vivió en ella. La casa dice cómo debe ser usada siguiendo las pistas de cómo él pensó que la casa tenía que ser vivida, seguir esas ‘instrucciones’ de uso de la casa».

¿Por qué Jorn Utzon? De la Fuente afirma que «Utzon componía los proyectos de una forma deductiva, da pistas de cómo se ha hecho el proyecto. Los límites que construye crean relaciones con el entorno, con el mundo, que es donde está la fuerza del espacio. La arquitectura debe conectar al hombre con el mundo, y en Can Lis notas esa sensación».

El día 30 finalizará la estancia de Iván de la Fuente en Can Lis, y «los días pasan demasiado rápido, se me hará corto, lo sé», confiesa el arquitecto, quien está trabajando «de una manera muy libre y sin supervisión de la Fundación Utzon». «Sin duda, es una experiencia irrepetible y de la que estoy disfrutando».