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En un vuelo marcado por las tormentas y transportado en un cargamento de 21 toneladas, el tesoro de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes llegó ayer a España bajo un sol radiante y con destino a la sede del Ministerio de Cultura.

A las 13.50 horas aterrizaron en la base aérea de Torrejón de Ardoz los dos aviones Hércules que transportaban tan valioso cargamento, y que habían despegado anteayer de MacDill, en Tampa (Florida, EEUU).

Se abre ahora una nueva fase de este proceso que comenzó en 2007, cuando el Estado español inició una batalla legal para recuperar el cargamento de la fragata, que extrajo del fondo marino la empresa cazatesoros Odyssey. El barco había sido hundido por los ingleses frente a las costas del Algarve portugués en 1804.

El material que ha llegado a España se compone de más de 500.000 monedas de oro (las menos) y de plata, tejidos, fragmentos metálicos y balas de cañón embalados en contenedores.

El comandante Miguel Ángel Tobías Martínez especificó que el cargamento, repartido entre los dos aviones en cuatro y tres palés, respectivamente, pesaba unos 21.338 kilogramos, debido a que el material viajaba sumergido en un líquido conservante. En Torrejón, la Guardia Civil se ha hecho cargo del traslado y la vigilancia del cargamento a un lugar «seguro», según el general José Cuasante, jefe de su policía judicial, la sede del Ministerio de Cultura, en el centro de Madrid.

Además, la Guardia Civil investigará si la empresa Odyssey ha entregado todo el tesoro que sustrajo de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes o si faltan piezas, como las 59 que, según sospecha un concejal de San Roque (Cádiz), podrían haberse quedado en Gibraltar. El fiscal de Algeciras, Juan Cisneros, explicó que, de momento, no se puede hacer ninguna reclamación a Gibraltar porque no hay constancia de que allí haya piezas que fueron expoliadas a la fragata Nuestra Señora de las Mercedes. «Se pueden tener sospechas, sobre todo teniendo en cuenta cómo actuaba la empresa desde el principio», señaló el fiscal, quien apuntó que habrá que hacer «una comparación entre lo que se ha entregado y lo que presumiblemente debe haber».

Pero la aventura del cargamento no acaba aquí ya que el embajador de Perú en Washington, Harold Forsyth, afirmó que el Ejecutivo peruano «no bajará la guardia» y volverá a reclamar el tesoro, tanto las monedas de oro y plata, como otros objetos que lo componen, porque «fueron acuñados en Perú», dijo.