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«Mientras el personal del museo termina de desalojar el material, lo que es una labor delicada, nosotros estamos aterrizando y ya hemos comenzado a trabajar», decía ayer el arquitecto Pere Rabassa, autor del proyecto de rehabilitación del Museu de Mallorca.

Como ya explicó este diario en varias ocasiones, la obra la sufraga el Gobierno central por valor de 2,5 millones de euros, a través del Ministerio de Cultura. Consiste en la reparación de «toda la cubierta del edificio; la climatización; la renovación de pavimentos, ya que muchos son desiguales; instalaciones; renovación de carpintería; nuevos servicios y la accesibilidad en todas las zonas, que es otro de los objetivos», comentaba ayer Rabassa, buen conocedor del inmueble, ya que en el pasado participó en obras puntuales en dicho edificio, que es Bien de Interés Cultural (BIC), y que fue reformado en los años sesenta para acoger al entonces denominado Museo Provincial de Bellas Artes, bajo la dirección del arquitecto Gabriel Alomar. En esta reforma, que debe durar 18 meses, el museo ganará una cafetería, tienda y sala de actos. La adjudicación se la llevó la UTE formada por las empresas C y M Yañez S.A. y Emte Hual S.A.

Aunque «la Administración nombrará a un arqueólogo para que haga un seguimiento de la obra», ésta no implicará excavar el subsuelo. «Sólo hemos hecho unas catas en el patio central, donde irá la grúa», apuntó Rabassa, que se colocará dentro de unas semanas.

«De momento hemos comenzado con trabajos que no dependen de la grúa», pendientes «del desalojo» del material arqueológico o pétreo, que se ubica en una nave del cuartel de Son Tous, así como de las pinturas y tablas góticas, las denominadas piezas de las salas de Bellas Artes. Éstas últimas se trasladarán, junto con el equipo humano del museo, al Centre de Cultura Sa Nostra de Palma, donde permanecerán hasta la reinauguración del nuevo Museu de Mallorca.

El ritmo de traslado en el museo es estos días intenso. Ayer, por ejemplo, tocaba el turno a las ánforas halladas en distintos pecios y excavaciones, del que se encargan empresas especializadas contratadas por el Ministerio.

«Estamos en contacto permanente con los distintos servicios del Ministerio», comentaba ayer Joana Palou, directora del centro, quien aseguró que los recientes cambios políticos en el organigrama del mismo «no afectan» a la rehabilitación. Lo mismo comentaba Rabassa respecto a la partida presupuestaria: «En esto el Ministerio suele ser serio», una vez que se licita la obra, «suele tener la partida congelada y los pagos los va haciendo por anualidades».