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El primer concierto del movimiento musical Els Setze Jutges cumple medio siglo. La Institució Cultural ICCIC, en cuya antigua ubicación tuvo lugar el primer recital, conmemoró el lunes en la actual sede de Barcelona con una mesa redonda, la proyección de un audiovisual y la interpretación al piano por parte de Francesc Burrull de algunas canciones de los músicos del grupo. Presenciaron el evento los jutges Josep Maria Espinàs, Maria del Mar Bonet y Maria Amèlia Pedrerol.

La democracia se asomaba en los años 60 por las rendijas del último tramo del franquismo. Els Setze Jutges catapultaron la Nova Cançó, con la mirada puesta en la Chanson francesa, y se erigió en símbolo de unas libertades que no acababan de llegar. Jordi Garcia Soler, cronista de la Nova Cançó, afirmó que «la gran historia se construye con pequeñas historias», y aseguró que «la Nova Cançó fue el fenómeno más importante de la cultura catalana en el franquismo». «Fue un impulso poco programado y la censura, despistada, se dio cuenta de la dimensión de la Nova Cançó cuando ya no pudo pararla», explicó Espinàs, participante en el concierto del 19 de diciembre de 1961. «Empezamos siendo 3 o 4 y el nombre de Els Setze Jutges significaba que queríamos ser más», dijo Espinàs.

Lluís Serrahima, autor de un artículo en la revista Germinàbit sobre la primera actuación, leyó el acta de ese concierto y mantuvo que «siempre harán falta canciones nuestras». La celebración supuso un homenaje al sexto jutge, Enric Barbat, fallecido hace una semana en Menorca.