El escritor Bartomeu Fiol, que falleció el lunes, en una imagen de 2009, días después de ganar el Premi Ciutat de Palma de Crítica Literària. | S. Cases

TW
1

A título póstumo, el dietario de Bartomeu Fiol (Palma, 1933 - 2011) Entre Cavorques i Albió , que cosechó un notable éxito de lectores y, sobre todo, de la crítica, tendrá continuidad en un segundo volumen titulado Entre Cavorques i Bradenburg. Dietari de feina i viatges. 2007-2009 , que publicará Editorial Moll.

«Tenemos el original a punto y, como homenaje a Bartomeu Fiol, trataremos de publicar el libro lo antes posible, quizás a final de año», confirmó el editor Francesc Moll, quien avanzó que «seguirá el mismo esquema del primer libro, una mezcla de dietario con breves ensayos sobre los escritores alemanes que él tanto conocía y apreciaba».

Si en el primer dietario, Fiol redactaba un cuaderno de escritor que comprendía desde el mes de julio del año 2000 al 28 de febrero del 2002, con la intención de preparar y dejar constancia de una visita académica a Inglaterra que acabó frustrándose, en el segundo volumen el autor se refiere a Alemania entre los años 2007 y 2009. «Es un ejemplo de lo que deberían ser este tipo de libros por parte de un buen escritor, que obtuvo el Ciutat de Palma», añadió Moll.

El crítico norteamericano Sam Abrams, prologuista en el primer dietario, declaró que «el primer tomo sobre un viaje a Inglaterra era un ensayo general y, en el segundo, Fiol aprovecha la idea de viaje como símbolo de la vida y mantiene que el intelectual siempre está en acción, en movimiento, trasladándose». Abrams dijo que «el dietario tiene la friolera de 347 páginas». Salvador Espriu, uno de los referentes de Fiol, se refería a la localidad catalana de Arenys como Sinera; Fiol convierte Mallorca en Cavorques. «Era un hombre que tenía que ver con el movimiento del mundo anglosajón de la alta modernidad y sostuvo un diálogo artístico con escritores como Bertolt Brecht, a los que acogió como sus interlocutores», mantuvo Abrams, quien apuntó que «Fiol trabajaba compulsivamente con sus autores preferidos a partir de los libros que iba adquiriendo en todos los idiomas que dominaba».

Al dietarismo de Fiol hay que añadir sus facetas como ensayista, crítico, cronista y articulista, en especial sobre arte, y la más conocida de poeta. Un prólogo de Baltasar Porcel en uno de sus poemarios ayudó a entender la verdadera dimensión del universo literario de Fiol. «Porcel era una excelente lector y crítico de poesía y existía una gran complicidad con Fiol, forjada desde una amistad de juventud», matizó Abrams, quien aclaró que «el prólogo causó sensación y despertó el interés del editor Isidor Cònsul, quien se apresuró a visitar a Fiol para que publicara en Proa, y de críticos como Valentí Puig o yo mismo».