Dani Martín, en un momento del concierto del sábado en Palma. | Pere Bota

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I am the Walrus, de los Beatles, sonaba el sábado en Son Fusteret en los minutos previos al concierto de Dani Martín. Seguro que estaba todo controlado para que no se escuchara al «pesado» de Bob Dylan, como le calificó el exlíder de El Canto del Loco hace unos meses.

Anécdotas curiosas a parte, casi 3.000 personas acudieron a escuchar a un Dani Martín más maduro, como ya les informamos ayer. Suena El puzzle. El clamor de las fans más acérrimas llegaba a la vista y al oído del cantante. «¿Estáis listos?», preguntaba al público, que enseguida levantó unos palitos fluorescentes cuando sonaron las primeras notas de Eres. Siguió con una de tintes autobiográficos, La verdad.

Y hasta aquí parecía un concierto sin sobresaltos. Pero volvió el Dani Martín más 'loco'. Volverá revolucionó a los presentes. Valga la redundancia. Eso sí, en formato balada. Un millón de cicatrices, también de sus tiempos con el grupo, fue la más animada que hubo hasta entonces, quizás por eso Dani Martín se motivó afirmando «¡Esto es Rock and Roll!». Era la euforia, no era Rock and Roll.

Empezaron las versiones. Welcome to the jungle, de Guns N' Roses, algo descafeinada; Miedo, de M-Clan, y No puedo vivir sin ti, con Luís Martín de los Ronaldos, algo más acertada que las anteriores. Lástima que apueste por hacer 'covers' de grupos como Guns N' Roses que no encajan en su estilo ni con calzador.

Peter Pan, Insoportable o Contigo explicaron que las fans prefieren al Dani menos cuerdo. Al que se mojó y las mojó. Su Peter Pan no se quiere ir. Dani Martín es el Justin Bieber español. Con unos cuantos años más. Pero igual.