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El patio de armas del Castell de Bellver vivió anoche una de las citas de música clásica más emocionantes de este verano. Algo que hay que agradecer a la presencia del prestigioso tenor Johan Botha y al carácter solidario del evento, que organizó la Asociación Austríaca de Amigos de Mallorca.

Más de 600 personas agotaron las localidades de la Noche de Ópera, que contó con la participación de la Orquestra Simfònica de Balears, dirigida por Salvador Brotons. No faltaron a la cita los aficionados a las tradicionales noches musicales de la Simfònica en Bellver, miembros de la asociación, autoridades, ni aquellos que quisieron contribuir con su asistencia con la labor de Projecte Home, a quien se destinarán todos los beneficios.

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Velada fresca e informal que arrancó con la caída del sol y con los acordes de La Forza del Destino , de Verdi. En las primera filas, el president del Govern, José Ramón Bauzá; el alcalde de Palma, Mateu Isern, a quien acompaño su esposa, María José Barceló; el conseller de Cultura, Rafael Bosch, además del embajador de Austria en España, Rudolf Lennkh; la regidora Irene San Gil; el presidente de la Asociación Austríaca de Amigos de Mallorca, Joseff Egger, y el presidente de Projecte Home, Tomeu Català.

Tras un gran inicio y la primera ovación del público, que también ocupó las arcadas del primer piso, comenzó a sonar Cavaleria Rusticana , de Mascagni. Con paso firme apareció bajo los arcos del patio el tenor para demostrar por qué es uno de los más grandes cantantes de ópera del mundo. Casi sin acompañamiento instrumental, Botha introdujo su actuación. Desde sus asientos, los presentes erguían sus espaldas como para escuchar con más atención el canto solidario de este maestro, uno de los pocos tenores dramáticos, que ha querido participar en un evento que ha calificado como «especial».

El público se rindió a la maestría de Botha y aplaudió enormemente su actuación, además del espectáculo que ofreció la Simfònica durante este programa, que continuó con La Gioconda , de Amilcare Ponchielli. Esta pieza dio paso al intermedio, durante el que los asistentes pudieron disfrutar de una copa de cava y comentar las primeras impresiones del concierto, que dedicó la segunda parte de su programa a Tosca , de Puccini; I Pagliacci , de Leoncavallo; Manon Lescaut , de Puccini; para cerrar con Andrea Chénier , de Giordano. Sin duda, un brillante estreno para las noches estivales de música clásica en Bellver.