El tenor sudafricano Johan Botha, ayer, minutos antes de iniciar los ensayos del concierto que ofrece mañana en Palma.

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A lo largo de los próximos cuatro años, la agenda del tenor Johan Botha (Sudáfrica, 1950) está completa, «no tengo ni un día libre», confiesa. A pesar de ello, el cantante sudafricano se ha tomado un respiro en Mallorca y, en su período vacacional, ofrecerá un concierto bénefico a favor de Projecte Home, en el Castell de Bellver de Palma. La cita, organizada por la Asociación Austríaca de Amigos de Mallorca -presidida por Joseff Egger-, contará con la música de la Orquestra Simfònica de Balears y será mañana, a las 21.30 horas.

Botha canta desde que tenía «uso de razón». «Escuchaba discos de música lírica, como La Traviata , y le decía a mi padre que yo, algún día, también cantaría esas canciones». Y así fue. Ahora, el tenor se ha convertido en una de las voces más importantes de su generación. Incluso hay quien le sitúa entre los más grandes de la lírica. «Es un honor que te comparen con Plácido Domingo», confiesa.

Dirigida por Salvador Brotons, la Orquestra Simfònica de Balears se encargará de la parte instrumental de este recital, una formación por la que Botha siente «un gran afecto». «Es muy importante contar con la Simfònica, enriquece la cultura. Sería un crimen eliminarla». De hecho, la intención del tenor es, de cara al año que viene, «llevar a la Simfònica a Sudáfrica y, también, traer a músicos de Ciudad del Cabo -la segunda más importante del país africano-, a Mallorca».

Obras ligeras, «muy adecuadas para el verano»; de Verdi, Mascagni, Ponchielli, Puccini, Leoncavallo o Giordani conforman el programa que sonará mañana en Bellver, una cita «muy especial» por su carácter solidario. «Me siento muy feliz por poder participar en un concierto de estas características y poder contribuir en un causa tan importante como es la lucha contra la drogradicción», señala el cantante, quien asegura que «al tener hijos de 12 y 14 años me siento muy cercano a este problema que afecta, entre otros casos, a los más jóvenes».

Conciertos de esta magnitud no suponen ninguna presión para Botha. «Cuando subo al escenario siempre disfruto muchísimo, me siento como en casa», sostiene.

Crisis

«La situación lírica, a nivel mundial, está sufriendo mucho, como muchos sectores culturales a raíz de la crisis económica», subraya Botha, quien matiza que «en Alemania o Austria todavía se dan subvenciones estatales para mantener la ópera, pero cada vez existen más recortes. La gente se lo piensa dos veces antes de invertir en ópera».

En su cita en Bellver, Botha colabora de forma «amistosa». «El dinero no siempre es lo más importante. Por ejemplo, jamás dejaría que mi voz se dañase por un buen caché».

Johan Botha, Orquestra Simfònica. Castell de Bellver. Mañana, 21.30.