El actor norteamericano ha concedido una entrevista a UH en la que habla sobre su enfermedad. | Julián Aguirre

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Michael Douglas nos ha dedicado sesenta minutos de su tiempo para hablar de él, de su familia, de su enfermedad, de su hijo y de su ex. Algo más delgado, pero de muy buena aspecto, toma asiento en Costa Nord. Tras los saludos de rigor, considera «duro» el último año y medio vivido. «Mi salud está bien -asegura-. Ahora acudo una vez al mes al hospital a que me hagan una pequeña revisión. Esto va a suceder durante un año. ¿Catherine...? Está trabajando mucho. Acaba de terminar dos películas y está a punto de empezar otro musical para el cine, Rock of ages. Un musical al estilo Broadway, en el que va a cantar».

Rechaza el termino annus horribilis para calificar al último año, en el que su hijo ha ido a parar a la cárcel, en el que el cáncer le ha hecho pasar un infierno y en el que su ex, Diandra, le reclama la mitad de lo que ha percibido por Wall Street 2. «Sí, no hay duda: ha sido un año en que han pasado muchas cosas, estoy contento de que haya terminado».

Sin que le pregunte, habla de Cameron. «Puede que el momento más difícil que haya pasado haya sido el de la sentencia, pues tuvo que transcurrir casi un año para conocerla, y él, ese periodo lo tuvo que pasar en una prisión. Ahora le veo una vez cada tres semanas; le veo muy saludable y se ha responsabilizado de sus errores, en el sentido de que no echa la culpa a nadie, sino a sí mismo. Ha sido una lección muy dolorosa y difícil para él, que le llevará a ser mejor persona»
Dicho lo cual, nos centramos en su enfermedad.

-¿Qué sintió cuando el médico le dijo que tenía cáncer?

-Sentí decepción al saber que estaba en la fase 4, que es la más seria. Yo había avisado a mis médicos de que tenía un problema, pero ellos no lo detectaron hasta ocho meses después. Por eso quiero tomar un minuto del tiempo que tengo para advertir a todos los que lean esta entrevista, que si notan problemas en la boca o dolor en el oído, y no sepan por qué es, que acudan al médico y se lo digan, por lo que de este modo podrán prever lo que tienen. Dicho esto, y volviendo a mi enfermedad, cuando se detectó que estaba en fase 4, y se supo que las posibilidades de recuperación eran 60 a 40, este porcentaje de supervivencia hizo que nunca pensara en la muerte. Me preparé para recibir 4 sesiones de quimio y 7 sesiones de radiación.

-Tengo entendido que el otro problema fue la prensa. El acoso que sufrió.

-Bueno, la prensa... En Nueva York es difícil... Ellos tiene tu dirección, saben cuándo vas a acompañar a tus hijos al colegio. En realidad, lo saben todo. Y si además estás enfermo, buscan la foto peor. Fue también muy difícil para mi padre. A veces, viendo según qué fotos, me llamaba y me preguntaba si estaba bien. «Claro que estoy bien. Pienso que sí, que lo estoy», le decía. Pero él insistía: «¿Estás seguro?» Y para convencerse de que era así, a sus 94 años, por dos veces, vino desde Nueva York a verme.

-¿Cómo ve la vida ahora?

-Tengo más aprecio por la familia y por los amigos. Y elijo mejor el tiempo para pasarlo con ellos.

-¿Cuántos años con Catherine?

-Once.

No hay duda de que Michael se ha sabido adaptar muy bien a los tiempos. «Y es que cuando ya tienes tantos años como yo, te das cuenta de que todo en tu carrera también cambia. He dejado de ser el joven con la protagonista guapa, para ser el padre del joven. Pero es que, como digo, también la empresa del cine ha cambiado, y ahora no está en su mejor forma. Hay menos roles y los guionistas de cine buenos se van pasando a la televisión como guionistas y productores, ya que ahí los beneficios son mayores».

-Catherine no se ha apartado de su lado en este tiempo...

-Me ha ayudado mucho, sí. Ha sido mi soporte. Y se ha callado de lo que le pasaba a ella por estar siempre pendiente de mí.

-Volvamos con Cameron. Tiene 32 años, está en la cárcel, fue Dj. e hizo una película con su abuelo y usted. Usted, a su edad, había terminado la carrera, había hecho varias películas, había hecho muchos capítulos de «Las calles de San Francisco» y había ganado un Oscar con «Alguien voló sobre el nido del cuco». Es evidente que entre Cameron y usted, algo falló.
-Puede que sí, pero no lo sé. Creo que en mucho de lo que le ha pasado a Cameron han tenido que ver las compañías que ha tenido. Por otra parte, yo estuve en la universidad, cinco años de unas vivencias fantásticas que te ayudan a crecer. Cameron, en cambio, no asistió. Tuvo unas compañías que no le ayudaron...

-¿Y usted?

-Por entonces, estaba trabajando y viajando mucho. Y... pues siempre es una posibilidad que esto influyera en lo que pasó. Yo, desde luego, tomo todas las responsabilidades y... creo que han sido un poco las dos cosas. A los 14 ó 15 años los padres pierden influencia sobre sus hijos, que a su vez están más influenciados por el ambiente que les rodea. Sobre la adicción a las drogas, eso puede suceder en cualquier familia. Se dan casos en familias muy saludables.


-¿Cómo ha seguido Cameron su enfermedad?

-Con preocupación. Pero ha estado a mi lado siempre. Me ha llamado hasta tres y cuatro veces. Y se ha puesto muy nervioso por lo que contaba la prensa. Por eso, como no estaba muy seguro, cada vez que lo visito me suele mirar desde muy cerca, como examinándome para asegurarse de que estoy bien. Él ahora, afortunadamente, tiene buena salud, se pasa muchas horas en el gimnasio y es muy optimista sobre su futuro. Vamos a ver... Porque el proceso deberá continuar una vez que salga de prisión.

-Desde luego, lo de Cameron no va a pasar con sus otros dos hijos...

-Probablemente. Yo estoy y estaré más tiempo con ellos. Pero nunca se sabe.

-Hablemos de su ex, Diandra. Ella le tiene metido en juicios reclamándole una parte de los beneficios de Wall Street 2...

-Es extraño... Los juzgados de Nueva York han dictado sentencia. Ella apeló, y la rechazaron. Ahora vuelve a apelar, pero si quiere seguir con el caso debe irse a los juzgados de California. Pienso que alguien la está aconsejando... Lo único que sé es que los abogados están contentos.

-El mismo día en que se dio la noticia de su enfermedad, hablé con Diandra y me dijo que lo lamentaba muchísimo. Sin embargo, parece que cuando ella trató de hablar con usted, le colgó el teléfono.

-No lo recuerdo... Lo leí en los periódicos, pero no tengo ningún conocimiento de esta historia.

Michael, cuando mira hacia delante, no se ve produciendo, a no ser que le llegue un proyecto interesante. «Ahora estoy más concentrado en la familia y en los desarmes nucleares», de lo que se deduce que sus prioridades son, por este orden, familia, sus relaciones de ONU y cine.

Finalmente dice sentirse muy contento y orgulloso viendo que la Serra de Tramuntana ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad, «por lo que felicito a las personas que han estado trabajando para que así sea», a la vez que supone «que esto será muy bueno para la Isla, pues vendrán más turistas. Yo me siendo muy orgulloso de que esto sea así, por lo que pienso que Costa Nord no ha sido un mal proyecto»

¿Que por qué cada año vuelve a Mallorca? «Porque mis hijos están muy ilusionados en volver, porque a Catherine le encanta la Isla y porque pienso que es un lugar mágico. Pienso que hay mucha gente en el mundo a la que le gustaría volver a Mallorca cada año. Porque es mágica, tranquila y está llena de espiritualidad»

Confiesa que a EEUU no llegan los casos de corrupción de Balears, «pues ya tenemos bastante con lo nuestro», y que le encanta «ver el apretón de manos que se dieron Antich y Bauzá» -pronuncia sus nombres sin que nadie se los apunte- el día de traspaso de poderes, «lo cual es buena señal».