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Como una de las «mejores colecciones de cerámica que se exhiben al público a nivel estatal». Así define Elvira González, historiadora del arte, el fondo de cerámica del Museu de Lluc, que fue donado por Antoni Mulet i Gomila hacia la mitad de la década de los sesenta. Parte del mismo ha sido recogido en el libro que se presenta mañana, día 15, a las 20.00, en la sala multiusos de La Misericòrdia de Palma (Plaça Hospital 4), bajo el título Catàleg de la col·lecció de ceràmica del Museu de Lluc, del que es autora la citada experta.
«El 95 por ciento del fondo» del Museu de Lluc procede de donaciones de Mulet, un coleccionista del que González destaca su «generosidad» y de quien explica que «era muy devoto de la Virgen [de Lluc]», a quien hizo esta donación «para que la disfrutasen los peregrinos que acuden al Santuario». Ésta es la primera vez que se publica u catálogo sobre el contenido de este museo en sus sesenta años historia. Elvira González, que dirigió este centro entre 2001 y 2010, también fue quien inventarió todas sus colecciones, -de cerámica, pintura, joyería, arqueología, mobiliario, indumentaria tradicional...-, y quien estudió la cerámica de la colección Mulet, tanto la recogida en este publicación como la que no se ha incluido.
«Se trata de un estudio más profundo sobre unas 400 piezas de loza», de las que las más antiguas son las del siglo XV, que provienen de Catalunya y Valencia; el grueso, del XVII, es de factura aragonesa, sobre todo de Teruel, con decoraciones en verdes y azules, y las piezas de policromía italiana están datadas entre el XVI y XVII. Debido a la gran cantidad de cerámicas, la selección para este catálogo se hizo en virtud de la técnica predominante. Los ejemplares estudiados son de loza, es decir, llevan una cubierta de estaño blanquecino sobre la que luego se procede a la decoración. González recuerda que aún quedan unas 250 de porcelana, siurells, pastorets...