Las corales baleares, la Sinfónica de Berlín y los solistas, dirigidos por Moreno, interpretando a Verdi en la Philarmonie. | Festival Músicamallorca

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La Sala Magna de la Philarmonie de Berlín fue ayer escenario de una cita «que no se volverá a repetir», según el maestro José María Moreno, quien llevó la batuta en un recital en el que la luz y el color mediterráneo de las voces de los 250 cantaires, miembros del Coro de la Federació de Corals de les Illes Balears y de la Capella Mallorquina, enamoraron a los 2.600 asistentes, que disfrutaron de una interpretación del Requiem de Verdi.

Junto a los cantaires, -la mayoría de Mallorca y 50 de Eivissa-, se encontraban la Orquesta Sinfónica de Berlín y los solistas Sandra Moon, soprano de Estados Unidos; el tenor mexicano Pedro Velázquez, y Stefanie Schaefer y Christian Hübner, mezzosoprano y bajo locales.

La velada arrancó con la primera parte de la «magistral y mítica» Misa de Verdi, el Requiem, que destacó por su carácter emotivo y de devoción, y que marcó el inicio de una noche cargada de un clima dramático, aunque «muy mediterráneo, uno de los mayores reclamos para el público alemán es la tonalidad y la sonoridad de nuestras voces», indicó Moreno.

Durante el recital se vivieron momentos de una gran dimensión dramática, con pasajes como el Dies Irae o el Sanctus, un tramo corto, pero muy complicado, en el que los coristas pudieron lucirse de manera magistral, al igual que Moreno, cuya actuación significó una de las más importantes de su trayectoria.

El auditorio berlinés se llenó de un público «muy duro, exigente y que, si no queda satisfecho, te fulmina», decía Moreno horas antes del concierto. En esta ocasión no fue así, ya que los asistentes despidieron la noche con una gran ovación que se alargó durante diez minutos. El Festival MúsicaMallorca ha sido el artífice de este evento que han patrocinado el Institut Ramon Llull, la Fundació Mallorca Turisme, la Obra Social Sa Nostra, la Fundació Iberostar y el Real Club Náutico de Palma.