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Tras el cristal (1976), primer filme de Agustí Villaronga, marcó un antes y un después en la pasión de Pilar Pedraza por el cine y sus autores. En cuanto tuvo la oportunidad de dar a forma a un libro sobre un cineasta, lo tuvo claro desde el primer momento. En Agustí Villaronga, la autora analiza la vida y la obra del celebrado director de Pa negre, triunfadora de la pasada edición de los Premios Goya de la Academia del Cine.

-¿Qué le atrae de Agustí Villaronga?

-Vi su primer filme, Tras el cristal, en el 76. La película me arrebató y me gustó tanto, que luego fui siguiendo todo lo que iba haciendo. Hace un par de años tuve la ocasión de escribir un libro sobre un cineasta y tuve claro que debía ser sobre él.


-¿Cuáles son, bajo su punto de vista, las claves de su cine?

-La primera, y principal, es que Villaronga es un cineasta y también autor. Es muy creativo, tiene que expresarse porque tiene un temperamento artístico que expresa de una forma muy suya, y muy original. La originalidad, y el no dejarse llevar por las modas y tendencias del cine español, han sido las claves del cine Villaronga. Es una persona que profundiza en aspectos muy difíciles y complicados de la condición humana

-Usted afirma que Villaronga es una de las voces más secretas del cine Europeo. ¿Por qué lo cree así?

-Ahora ya no es tan secreta (risas). Agustí ha trabajo muchísimo, pero no ha sido muy reconocido y me parece injusto. Ahora, se va a convertir en una voz de la que se pueden oír cosas que no son secretas.

-¿Qué quiere decir cuando califica de 'siniestro' al cine de Villaronga?

-No quiero decir que su cine sea perverso, como se ha dicho en alguna ocasión, sino que tiene una tendencia al análisis del mal, del mal en general y, sobre todo, el que nace en la infancia. El relata como los niños viven en un mundo en el que se ven educados de una manera que les inclina hacia el mal, como se ve, por ejemplo, en Pa negre.

-¿Cómo ha evolucionado la cinematografía de Villaronga a lo largo de su trayectoria?

-Villaronga no ha dejado de ir a más en su propio estilo y se ha comportado de una forma leal consigo mismo, en el sentido de que ha hecho un cine muy personal. Desde el punto de vista formal, es uno de los directores españoles más ricos y más originales.

-Algunos críticos de este país no han sabido digerir algunos de los títulos del cineasta como, por ejemplo, El niño de la luna. ¿A qué cree que se debe?

-Quizás sea un cine que, más que complicado, no tiene referentes aquí en España, no tiene tradición. Esa cinta se basó en una páginas literarias poco conocidas, como el propio El niño de la luna, cuya historia puede resultar un poco extraña. No resulta digerible pero en ambos formatos resulta de una belleza extraordinaria.


-Villaronga y transgresión van íntimamente ligados en su manera de hacer cine. ¿Cree qué el cineasta cruza una línea que muchos directores no se atreven a traspasar?

-Sí, Agustí ha cruzado una línea y ha dado pruebas de que la puede cruzar. Hay una cierta tendencia a exagerar con Villaronga, pero existen aspectos más positivos en su cine. Es muy injusto encasillar a Villaronga en la transgresión, el mal y lo siniestro. Ha dado forma a construcciones cinematográficas que son realmente antológicas y únicas.

-¿Qué camino cree que seguirá Agustí Villaronga tras el éxito, tanto de público como de la crítica, de Pa negre?

-Yo creo que no ocurrirá nada, salvo que él ahora tiene la sensación de que puede convencer al público, será más accesible. Eso no tiene nada que ver con un cambio en su obra. Él hará el cine que tenga que hacer y, como persona y cineasta, seguirá siendo auténtico y no cambiará por los premios.

-¿Esperaba usted los nueve Goyas?

-No, lo deseaba pero no lo esperaba. No porque no lo merezca, porque lo merece muchísimo, fue por el cierto 'malditismo' que ha tenido Agustí sobre sí. Te induce a creer que no le van a reconocer su valía o aportación al cine, así que fue una sorpresa muy agradable y muy positiva para sus amigos y admiradores.

-¿Cree qué su fama de 'bicho raro' cambiará tras este éxito?

-Seguirá siendo el mismo 'bicho raro', pero la crítica tomará su cine de manera más positiva. Siempre que se gana un premio se gana respetabilidad y habrá una apertura de los críticos hacia su persona, no por la calidad sino por las cosas que trata en sus filmes o todo ese mundo extraño que rodea a Villaronga y su obra.

-¿Cuál es su filme favorito?

-Tras el cristal, aunque le guardo un especial cariño a El Mar.