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La actriz británico-estadounidense Elizabeth Taylor ha muerto a los 79 años de edad, según ha informado este miércoles la cadena de televisión ABC.

Su vida fue intensa y estuvo entregada al cine, su pasión por los hombres y las joyas, y marcada por una pésima salud que no supo seguir su ritmo.

Ganadora de dos Oscar por sus papeles en «Una mujer marcada» (1960) y «¿Quién teme a Virginia Woolf?» (1966), así como de una estatuilla honorífica por su labores humanitarias (1993), protagonizó más de 50 películas, algunas tan conocidas como «Mujercitas» (1949), «La gata sobre el tejado de zinc» (1958) o «Cleopatra» (1963).

Temperamental, carismática y rebelde, esta actriz que debutó en plena edad dorada de Hollywood se casó en ocho ocasiones, dos de ellas con el actor Richard Burton, su gran amor junto con su tercer marido, el productor Michael Todd, según admitió la artista, y tuvo cuatro hijos.

De niña prodigio a estrella de Holywood

Elizabeth Rosemond Taylor, Liz Taylor, nació el 27 de febrero de 1932 en Hampstead (Londres), donde vivió hasta los siete años, cuando sus padres, de origen estadounidense, decidieron instalarse en California (EEUU) ante el inminente inicio de la II Guerra Mundial.

Su vocación artística le vino por parte materna. Su madre había sido actriz teatral, mientras que de su padre heredó su amor por el arte.

Taylor atesoró durante su vida una gran colección de suntuosas joyas entre las que destacan un diamante de 33,19 quilates que perteneció a la mujer de un colaborador de los nazis, otro que fue propiedad de la esposa favorita del emperador indio Shah-Jahan, en cuya memoria mandó erigir el célebre Taj Mahal y la popular perla Peregrina.

Dio sus primeros pasos en el cine con 10 años, en el filme «There's One Born Every Minute» (1942), que fue seguido por «La cadena invisible» (1943) y dos películas más antes de saltar al estrellato con «Fuego de juventud» (1944), un pedestal del que ya no se bajaría.

Después llegaría «Mujercitas» (1949) y ya en los 50, títulos como «Gigante"(1956), en el que compartiría cartel con Rock Hudson y el mítico James Dean, «El árbol de la vida» (1957) con su amigo Montgomery Clift o «La gata sobre el tejado de zinc» (1958) junto a Paul Newman, dos filmes que le valdrían sus primeras nominaciones.

La tercera llegó con «De repente el último verano"(1959), un año antes de que diese inicio su década de gloria en la que se coronaría como la reina de Hollywood, gracias en parte a películas como «Cleopatra» en la que llegó a cobrar un millón de dólares, el mayor sueldo de la historia por entonces.

En los 60 recibió dos estatuillas, se casó con Richard Burton por primera vez, el que sería su matrimonio más duradero (12 años) y estrenó 14 películas como «La mujer indomable» (1967), antes de que su luz comenzase a apagarse en el firmamento del cine.

Conocida por su diminutivo, «Liz» fue considerada una de las mujeres más bellas de su tiempo y de sus famosos ojos «violeta» su marido Burton llegaría a decir que eran «tan sexy que equivalían a pornografía».

A partir de los 70 comenzaría poco a poco su declive, forzado en gran medida por sus serios problemas de salud, una cruz que arrastró durante toda su carrera, si bien su última película sería en 1994, «Los picapiedra».

Elizabeth Taylor, que fue nombrada Dama del Imperio Británico por la Reina de Inglaterra en 2000, pasó por quirófano al menos en treinta ocasiones y no por razones estéticas.

Dolencias en la espalda, cuello, piernas, diversas fracturas, dos sustituciones de cadera, un tumor cerebral benigno o un tratamiento contra el cáncer de piel fueron algunos de sus achaques.

La actriz, que también se sometió a una cura de desintoxicación de alcohol y pastillas, reconoció que se vio al borde de la muerte en varias ocasiones, especialmente por neumonía o por una arritmia cardíaca.

Sus últimos años redujo mucho sus apariciones en público, siempre en su silla de ruedas debido a una osteoporosis, pero mantuvo su actividad como líder de campañas contra el sida, desde el fallecimiento de su amigo Rock Hudson.

Actriz y madre

Familia, amigos y famosos lloran la muerte de la actriz Elizabeth Taylor. Su propio hijo, Michael H. Wilding, ha calificado la pérdida de «desoladora» y que deja un legado inmarchitable en el mundo.

«Mi madre fue una mujer extraordinaria que vivió la vida al máximo, con gran pasión, humor y amor», dijo Wilding, de 58 años, en un comunicado. «Aunque su pérdida es desoladora para aquellos que la queríamos tanto y estuvimos a su lado, siempre nos inspirará por sus perdurables contribuciones a este mundo», añadió.

Para Michael H. Wilding, fruto del matrimonio de Elisabeth Taylor con Michael Wilding, el segundo de la actriz tras el que la unió con Conrad Hilton, su trabajo en la gran pantalla sólo fue parte del legado que deja.

«Su impresionante filmografía, su éxito como mujer emprendedora y su activismo incansable y valiente en la lucha contra el sida, todo ello nos hace sentirnos increíblemente orgullosos. Sabemos, sencillamente, que el mundo es un lugar mejor desde que mi madre vivió en él. Su legado nunca desaparecerá, su espíritu seguirá con nosotros y su amor vivirá para siempre en nuestros corazones», concluyó.

Wilding fue el primero de los dos hijos que tuvo Taylor en ese matrimonio. Su hermano es Christopher Wilding. Ambos acompañaron a la intérprete en sus últimos momentos junto a sus hermanastros Liza Todd y Maria Burton, según la publicista de Taylor, Sally Morrison.

El mundo del cine llora a Taylor

Actores, directores y otras personas relacionadas con el mundo del celuloide han expresado su pesar por la pérdida de la actriz. «Elizabeth, a todos los niveles, fue una persona íntegra. Bondadosa, generosa, valiente», ha asegurado Jane Fonda en un comunicado.

Por su parte, Michael Caine, vía Twitter, escribió: «Muy triste escuchar acerca de mi preciosa amiga Elizabeth Taylor. Era un ser humano genial». El británico y la actriz coincidieron en el filme «Salvaje y peligrosa» (1972).

A través de esa red social se fueron acumulando millones de mensajes de usuarios anónimos, pero también de compañeros de profesión como las actrices Kirstie Alley o Marlee Matlin.

«Elizabeth... gracias por las lecciones de vida, sufrimiento y alegría que me diste... eres la estrella más luminosa del universo. Amor eterno», escribió Alley, mientras que Matlin, ganadora del Oscar por «Hijos de un dios menor» (1986), dijo estar «muy sorprendida y triste» por el fallecimiento.

«Se va una auténtica leyenda de Hollywood. Que en paz descanse», añadió.

La familia de la actriz ha pedido que, en vez del envío de flores, se realicen donaciones económicas a su fundación contra el sida.