El conseller de Cultura, Bartomeu Llinàs, con los representates baleares en la feria Art Madrid.

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Las dos principales ferias de arte contemporáneo que se celebran hasta el próximo domingo en Madrid han empezado con división de opiniones entre los ocho galeristas mallorquines presentes. Mientras que los de Arco inauguraron ayer el encuentro con satisfacción, las galerías de Art Madrid consideraron que la jornada del martes pasado -dedicada a profesionales del sector- fue una pérdida de tiempo.
El conseller de Educació i Cultura, Bartomeu Llinás, y su director general, Pere Joan Martorell, visitaron ambas ferias para dar apoyo institucional a los galeristas y artistas mallorquines.
Los empresarios del arte presentes en la 30ª edición de Arco coinciden en que este año la feria es mejor. Valoran positivamente la labor del nuevo director, Carlos Urroz, y le piden que «se centre en atraer a coleccionistas internacionales y aumentar la calidad de la oferta».
«Urroz es un gran conocedor del mundo del arte», explicó Juan Antonio Horrach, de Horrach Moyà. También es positiva la entrada del nuevo director para Jero Martínez, de Maior, quien al poco de inaugurarse la feria ya había vendido una obra de Eulàlia Valldosera. Pep Pinya, de Pelaires, destaca el cambio de rumbo de Arco. «Hay que lograr que sea un encuentro internacional de coleccionistas, artistas, galeristas, museos e instituciones».
En Arco están presentes por primera vez la Fundació Pilar i Joan Miró de Mallorca y Es Baulard. Museu d'Art Modern i Contemponari de Palma mostrando sus publicaciones.
En el caso de Art Madrid, Joan Melià considera que la jornada de profesionales sobra, mientras que galeristas mallorquines piden una mayor implicación de la organización en cuanto a la atracción de coleccionistas e instituciones. Esta es la opinión de Pep Llabrés, de Maneu, que en la primera jornada vendió un cuadro de Ñaco Fabré a la espera de concretar una oferta por tres Miró. Vanrell ayer había apalabrado la venta de varias obras, lo mismo que Joan Guaita.