Miquel Mesquida posó ayer en Can Prunera.

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«El eterno principio, el volver a empezar cada día, la búsqueda diaria de uno mismo». Así define Miquel Mesquida (Manacor, 1954) Initium , su nueva exposición, una «palabra clave que traslada mi forma de expresar y sintetizar» unas piezas con las que «desnudo mi interior de una manera transparente». El museo modernista Can Prunera de Sóller acogerá este jueves la inauguración, a las 20.00. se podrá ver hasta el 20 de marzo.

El neoexpresionismo y la figuración se dan la mano en 23 lienzos que «buscan la interiorización de uno mismo». «La idea inicial tiene que ver con esa parte del Sagitario, ese hombre y ese animal fusionados eternamente sin poder separarse». Al mismo tiempo, las piezas «reflejan esa separación de la parte animal más instintiva y la parte humana, más racional, más cerca de ese aspecto abstracto». El artista pretende «buscar y conocer ambas partes de uno mismo y separarlas».

Mesquida ha dado forma a una pintura «bastante potente», con «colores negros o cafés fusionados con una tonalidad ceniza», mezcla con la que busca crear un «impacto» que haga que el espectador pueda «reflexionar» e intentar «eliminar esa parte animal que esta casi por encima de la humana». «Muy oscura». Así califica esta obra que «sale muy de dentro, es una exposición que no busca ser bonita, no buscar tener ese aspecto atractivo, sino la reflexión», señala. «Ha sido un proceso inconsciente, no lo he buscado. Es lo que yo sentía en ese momento», añade.

Por otra parte, piezas de Mesquida forman parte de la colectiva itinerante Art emergent a les Illes Balears IV , que expone en Ses Voltes de Palma, donde ofrece otra vertiente de trabajo. «Soy polifacético pero no sé si cambiante. No soy demasiado consciente de ello ya que siempre sigo el mismo hilo conductor, que es la parte filosófica del ser humano».