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Desde la publicación, hace 30 años, de Los tiempos están cambiando (1980), José María Sanz (Barcelona, 1960), Loquillo, no ha dejado de crear y dar forma a unas composiciones que beben de la esencia más pura del rock and roll. El músico animará la Revetla de Sant Sebastià, mañana en la Plaça Major de Palma sobre las 00.00, donde presentará Rock & Roll Star. 30 años. 1980-2010.

-Músico, actor, novelista...¿Cuál será el nuevo paso creativo de Loquillo?
-En este momento estoy preparando mi nuevo álbum basado en la poesía de Luis Alberto de Cuenca. Será mi tercera entrega de poemarios que inicié con La vida por delante (1994).

-¿Cómo contempla la evolución del mundo de la música a lo largo de sus treinta años de trayectoria?
-La música en España ha recorrido en 30 años el camino que la música anglosajona ha recorrido en 60. Hasta 1978, la censura cazaba a los artistas. Personalmente, mi evolución musical ha ido pareja a la personal. No hay nada peor que un músico que dice: «Soy auténtico, no he cambiado».

-¿Han perdido las nuevas bandas esa concepción romántica que se tenía del rock and roll?
-Cuando uno llega a los 50 años aprende a hablar de los más jóvenes. Yo lo he sido y lo que más me jodería es que uno de 50 hablase de mí. Toda generación tiene que comerse su mierda.

-¿Qué queda del Loquillo de Los tiempos están cambiando (1980)?
-Nada, afortunadamente. Tenía 18 años. Supongo que queda un disco cojonudo. Evidentemente, alguien de 50 años no piensa igual que uno de 18.

-¿Se arrepiente de algo que hizo o dejó de hacer?
-Jamás. Siempre he hecho todas las cosas como he querido y de la forma que he querido, con errores y con aciertos.

-¿Cree necesaria una regulación de las descargas digitales, como plantea, por ejemplo, la polémica 'Ley Sinde'?
-Yo soy creador y puedo hacer con mi obra lo que quiera. No tiene que estar sujeta a las normas de los internautas o de una ministra.

-¿Recuerda el día en el que descubrió que la canción era la mejor forma de expresar sus ideas?
-Yo tuve la suerte de vivir en una época en la que en las canciones sobre temas políticos se contaban cosas. Creo que las canciones todavía pueden cambiar las cosas.