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Listo para sentencia tras una visita a la Cartoixa. La titular del Juzgado de lo Mercantil número 2, Catalina Munar, inspeccionó ayer junto a una comisión judicial las celdas que se disputan haber alojado a Frederic Chopin y a George Sand en 1839. Es la última diligencia que la magistrada tenía pendiente antes de dilucidar el pleito que enfrenta a la sociedad Quetglas Tous, propietaria de la celda 4, y a la sociedad Ferrà Capllonch, dueña de la 2.

El objeto de la demanda de la primera contra la segunda es tan prosaico como una publicidad engañosa. Los demandantes entienden que la otra empresa miente al publicitar la celda como la que alojó al compositor y a la escritora con sus dos hijos y su criada.

Con su visita, la magistrada pretendía comprobar en persona lo que se ve desde ambas celdas: una de las pruebas clave es un dibujo pintado por Maurice, el hijo mayor de Sand. En él se ve una parte de la torres de la iglesia y, como en principio refleja lo que veían desde la celda, es una de las pruebas clave. Antes de acudir a la Cartoixa, la jueza había pedido a uno de los peritos un dictamen sobre este dibujo. El informe del experto propuesto por el juzgado no es concluyente. Eso sí, se inclina por apuntar a que la perspectiva es la que se ve desde la celda 4.

Carta

Esto solventaría el problema, pero hay otra prueba en el sentido contrario. Casi un siglo después de la estancia, en 1928, una nieta de George Sand -hija del autor del dibujo- escribió una carta a la entonces propietaria de la celda 2. En ella dice que su padre le contaba que desde la ventana se veía la puerta de la iglesia. Esa vista corresponde con la celda dos necesariamente.

En el juicio, celebrado el pasado mes de junio, se presentaron otras pruebas al margen de los dibujos y la carta. Otro objeto de controversia fueron los pianos que hay instalados en las dos celdas, uno de ellos ensamblado en Mallorca cuya fecha no está clara y otro, un Pleyer. Incluso hay una versión más salomónica, que fue la ofrecida por el director del museo de Valldemossa, Joan Oliver, quien apuntó que podrían haber estado en dos celdas.

Con todo, la magistrada de lo mercantil tendrá que decidir ahora sobre qué celda ocupó el compositor. El fallo se espera en unas pocas semanas.