La visita da comienzo en el vestíbulo del teatro, donde el conserje Colau da la bienvenida. | Nuria Rincón

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En la mañana de ayer, el Mar i Terra abrió de nuevo sus puertas para todos aquellos que quisieron conocerlo. De la mano del conserje Colau (en la ficción, por supuesto), los visitantes distribuidos en dos grupos fueron recorriendo las distintas dependencias del lugar, empezando por el vestíbulo y el bar, y terminando por el teatro de gradas retráctiles, gracias a las que se transforma en una sala polivalente para realizar en ella diversas actividades previamente programadas, al igual que sucede en las otras tres salas o aulas, denominadas Aula Drissa, Amantina, Folk.

En la visita a los camerinos, antes de llegar al teatro, Conxita, encarnada por la intérprete Magdalena Tomás, hace que dos visitantes se conviertan por unos instantes en actores y les hace recitar un pasaje de Romeo y Julieta. Por último, acomodados en las butacas del teatro, los espectadores visionan un vídeo. Así arranca este recorrido gratuito por el rehabilitado espacio, que volverá a repetirse los días 9, 16 y 23 de enero.

¿Las impresiones sobre la reforma? Muy positivas. Uno de los visitantes comentaba ayer que desde la calle uno no se puede imaginar «lo que da de sí este edificio por dentro». Otro de los participantes destacaba lo bien hecha que está la reforma, sobre todo en determinadas salas, como la del Aula Amantina, «en la que se ha podido recuperar prácticamente todo».

A otra visitante le llamó la atención la gran visibilidad que tiene el teatro, y a otra la funcionalidad de las salas, «a las que se las vacía de sus contenido con suma facilidad y quedan convertidas en espacios en los que se pueden realizar otras muchas actividades». En cuanto a la biblioteca, «pequeña, pero que con el tiempo tendrá más libros».

Y, por supuesto, todos quedan encantados de la puesta en escena de la presentación, con el conserje-guía al frente, que sin perder su sentido del humor, «lo cuenta todo de memoria sin dejarse nada».