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Se alzó el telón y el himno que Catalina Valls escribió y dedicó a su tierra, a Mallorca, inundó la sala. Fueron Miquel Montserrat y Joan Gayà los encargados de la apertura del homenaje que ayer la Fundación Sophia rindió en el Auditòrium de Palma a la gran dama del teatro, recientemente fallecida.

La música, la poesía y el teatro se dieron cita sobre el escenario para recordar el trabajo y la figura de esta gran actriz, miembro de honor de la citada fundación y Premio Sophia Una vida dedicada al teatro, en 1999.

Tras la presentación del himno, que se inauguró hace unas semanas la Coral Polifónica Bunyola en la parroquia de dicho municipio, el acto continuó con la participación de algunos rapsodas. Bonet de San Cler declamó, entre otras, Perro cojo , de Manuel Benítez Carrasco, una de las poesías preferidas por Valls; mientras que Julia Barandiariain recitó Tot seguirá igual .

Durante el homenaje, en el que participaron diferentes colaboradores de la fundación y al que asistieron amigos, compañeros y familiares de la intérprete, también se llevó a cabo una lectura dramatizada de la obra de Catalina Valls Aquella placeta del ginjols , a cargo de Joan Maria Melis, Maruja Alfaro o Julia Barandiariain.

La danza se encargó de cerrar este tributo a una de las actrices más queridas y respetadas del panorama local de las artes escénicas.