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Se cumple hoy un cuarto de siglo del fallecimiento del poeta británico Robert Graves en Deià. Veinticinco años de aquel 7 de diciembre de 1985, en el que la noticia de su muerte corrió como la pólvora y la prensa local e internacional se hacían eco de la pérdida de uno de los más grandes poetas del siglo XX e hijo adoptivo de una tierra, Deià, en la que quiso descansar eternamente.

Hoy, fecha de ese triste acontecimiento, su hijo y albacea, William Graves, explica que quiere aumentar el patronato de la Fundación Robert Graves e implicar al sector privado «para que nos pueda permitir, en estos tiempos difíciles, continuar manteniendo viva su memoria». Además, adelanta, uno de sus próximos objetivos es abrir el olivar al público, pero también promocionar aún más Ca n'Alluny.


Estudio

Mucho queda aún por estudiar de la obra del autor de Yo, Claudio o La diosa blanca, que fue recordado en el año 1995 con motivo del centenario de su nacimiento. «Conservamos más de 10.000 cartas que ayudarían a completar su biografía», además, apunta Williams Graves, también sería interesante analizar «los libros que escribió para niños», rescatar «a todos los que ilustraron sus obras» o estudiar «toda la poesía suya a la que ha puesto música», por ejemplo.

Robert Graves nació en Wimbledon en 1895, pero en Mallorca encontró su hogar y el estudio desde donde crear algunas de sus mejores obras. Escribió novela y ensayo, pero fue al fallecer cuando reivindicó su verdadero carácter literario, «Robert Graves. Poeta», recuerda el epitafio de su tumba.

Graves fue despedido en 1985 con sencillez y en intimidad. Era lo que deseaba. Ahora, en el 25 aniversario de su muerte, volverán a cumplirse sus deseos de ser tratado como uno más. El poeta será recordado el viernes, día 10, con una sencilla jornada dedicada a su memoria y organizada por la Universitat de les Illes Balerars y la Fundación Robert Graves.