La formación, dirigida por Salvador Brotons, en una de sus últimas actuaciones. | Jaume Morey

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La Orquestra Simfònica estrena hoy en el Auditòrium de Palma una de sus temporadas económicamente más difíciles. Aunque los patronos del consorcio que administra la formación (Govern, Ajuntament de Palma y Consell) han reducido sus aportaciones por igual, un 15%, el Govern ha aplicado un nuevo recorte y continúa cargando, desde la pasada legislatura, a la Simfònica con una deuda millonaria.

Después del Real Decreto-Ley de mayo, la situación se ha recrudecido. La norma decía que debía reducirse un 5% el sueldo de los funcionarios, y el Govern, según confirmaron fuentes del consorcio, aplicó este porcentaje no al capítulo de nóminas, sino al total del presupuesto que destina a la Simfònica. Por ello, han pedido a la Conselleria de Hisenda que se replantee este recorte que priva a la orquesta de hasta 107.000 euros.

Cabe recordar que la Simfònica tenía un déficit de 350.000 euros, arrastrados de la anterior legislatura. A éstos hay que sumar otros 400.000 que la ex consellera Galmés apalabró con Ibatur, que se contabilizaron como ingresos del consorcio de la Simfònica y que jamás llegaron a entrar al producirse cambios en las Consellerias de Cultura y Turismel, según confirmó el director general de Cultura, Pere Joan Martorell, quien dijo que, por otra parte, han llegado a un acuerdo con Turisme para patrocinar los tres primeros conciertos de este año con 140.00 euros.

Si en el anterior curso la orquesta manejó 6.790.000 euros, este año ha perdido 1.327.000. El 82% se destina a pagar nóminas y Seguridad Social, y el 8%, a la temporada de abono, explicó el gerente de la formación, Gori Marcús. Así, la Simfònica ha tenido que estrecharse el cinturón y prescindir, por ejemplo, «del concierto de presentación de la temporada en la Plaça d'Espanya, o reducir un 75% sus conciertos de cámara», apuntó.