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Dejó de ejercer como analista financiero para dedicarse al cine, una profesión que le despertó de su letargo creativo. El mallorquín Christian Escario es el guionista de Inhala, un filme que ha dirigido Baltasar Kormákur y que se estrenará este mes en Festival de Los Hamptons, en Nueva York. Escario, licenciado en Economía y Matemáticas, se adentra en el oscuro mundo del tráfico de órganos con un reparto de lujo: Dermot Mulroney, Diane Kruger, Sam Shepard, Roxanne Arquette y Jordi Mollà.

-Se estrena con un thriller, ¿por qué sobre el tráfico de órganos?

-Todo fue un poco por casualidad. Al tratarse de un guión que esperaba dirigir, intenté limitarme en escribir algo que pudiese rodar con un presupuesto modesto y basado en un mundo y una historia que conociese bien. Llevaba años visitando las playas de Baja California, en México, y siempre al pasar por la ciudad fronteriza de Tijuana me quedaba fascinado por la valla metálica que separa al país más rico del mundo de la pobreza y corrupción de México, y que sirve como receta para una cantidad de tráfico, tanto legal como ilegal, difícil de imaginar.

-¿Cómo llega el protagonista a dar con este mundo tan oscuro?

-Es un abogado del distrito alto que, al tener aspiraciones políticas, se mueve en círculos sociales y económicos muy altos en los que descubre una discrepancia médica. Como buen abogado que es, pues investiga.

-¿Cómo cae su guión en manos de Baltasar Kormákur?

-Escribí el guión como tesis del máster. Al no tener ni el dinero ni las ideas claras para hacer un corto, decidí escribir un largo con la esperanza de poder dirigirlo. Al acabarlo, se lo di a una amiga. Tres días después, mi teléfono no paraba de sonar. Por suerte, el guión acabó en manos de Baltasar, que es un gran director.

-¿Qué cree que le atrajo de su historia?

-Me felicitó y me confesó que se sentía muy identificado con la historia y el dilema del protagonista, Paul Stanton (Dermot Mulroney). Lo interesante es que él pidió pocos cambios, excepto uno importantísimo: El final. La verdad es que tuve mucha suerte de que cayese en sus manos, tiene una sensibilidad única y muy europea. Los cambios son normales y, aunque no siempre esté de acuerdo, los respeto plenamente. Inhala ha sido mi primer guión y me ha servido para aprender qué hacer y, sobre todo, qué no hacer a la hora de vender un guión. Mi siguiente película no será un thriller. Después de escribir éste tan personal y pesado, uno se quiere desentender un poco del género y se inclina hacia lo opuesto. Por eso estoy escribiendo una aventura infantil y otra historia personal.

-¿Ha participado en el rodaje?

-La productora me invitó al rodaje en Nuevo México, donde conocí a los actores y a Baltasar.Fue una experiencia muy bonita. Ver a los actores interpretar lo que uno ha escrito es bastante especial.

-En el reparto hay grandes actores. ¿Se escribe el guión pensando en quién puede interpretarlo?

-La elección de los actores fue muy interesante y complicada. Tuvimos mucha suerte, ya que con el presupuesto conseguimos a actores muy buenos. Algo que habla muy del guión y de Baltasar.


-Aparece un español de lujo, Jordi Mollà, ¿cuál es su papel?

-Jordi es un tipo genial y con él me he reído mucho. Alucinó al descubrir que yo era mallorquín y lo primero que me dijo fue algo como «¿Y tú de dónde coño has salido?». El papel que interpreta es... Mejor veis la película.

-¿Le gustaría rodar aquí?

-Uno escribe sobre lo que conoce, y habiendo nacido y crecido en Mallorca pues, la verdad, es que me encantaría. He tenido la suerte de viajar mucho y, aunque suene a tópico, Mallorca realmente es uno de los sitios más bellos que conozco. El problema es que eso se convierte en un arma de doble filo, ya que muchos mallorquines lo usan como excusa para nunca salir de su isla.