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La muerte del cineasta francés Claude Chabrol, alma del movimiento de la 'Nouvelle Vague' (Nueva ola) que nació hace 51 años con su filme El bello Sergio y que falleció ayer a los ochenta años, deja a la cinematografía francesa huérfana de uno de sus creadores más excepcionales.

Chabrol, que comenzó su carrera en 1959 y llegó a hacer 60 películas, se dedicó a ofrecer retratos de la burguesía provinciana y a narrar historias de intriga en parejas trágicas, cómicas o las dos cosas a la vez. Considerado un maestro del género negro y denominado por ello el Hitchcock francés, el prolífico Chabrol, además de dirigir, producir y montar, colaboró en la interpretación de algunos de sus filmes y de otros directores.

Nacido en París el 24 de junio de 1930, en lsu obra destacan El infierno, sobre los celos, con Emmanuelle Beart, y La ceremonia (1995), adaptación de un suceso que reflejó las tensiones entre las clases sociales. Entre sus películas, se cuentan algunas de las cintas más destacadas del cine francés, como Violette Noziere o Gracias por el chocolate. En 2009 dirigió Bellamy y sus últimas obras fueron dos capítulos de Au siecle de Maupassant: Contes et nouvelles du XIXeme siecle.

El cineasta francés, que mantuvo una estrecha amistad con los legendarios directores de la Nouvelle Vague Francois Truffaut y Jean Luc Godard, recibió la Cámara de Oro en reconocimiento a su carrera en la Berlinale de 2009. La Seminci lamentó ayer el fallecimiento del actor y anunció que Chabrol será uno de sus principales protagonistas en la próxima edición, que se celebrará del 23 al 30 de octubre.